capitulo 1 conociendo Miraflores

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No recuerdo bien que día de la semana era, solo recuerdo que salí de clases en busca de panda, llevábamos todo el día hablando de la ida a Miraflores, nos habían invitado a una pequeña integración que harían los chicos que vivían cerca de dicho lugar, las ansias nos consumían ya que era algo diferente y teníamos grandes expectativas sobre lo que iba a suceder esa tarde, salimos caminando rumbo a la estación Acevedo del metro íbamos en compañía de otros compañeros de clases era lo habitual, debíamos hacer transbordo del metro al tranvía y pasar por unas 5 estaciones hasta llegar a Miraflores en buenos aires, cuando llegamos a la unidad deportiva nos esperaba un grupo de 5 personas aproximadamente, no conocía ningún rostro y era lo de menos para mi, nos sentamos, nos  presentamos e intentamos integrarnos, con varios de ellos ya había hablado mediante un grupo de Whatsapp, recuerdo que estaba Kioko quien trataba mal a los que le caían bien, Smith fiel acompañante de Kioko, nuevamente me crucé con Natalia pero no la reconocí media hora después de haber estado allí sentados decidimos ir por algo para comer y en busca de cigarrillos, (no se que tipo de personas no comparten algo mientras hablan) y así transcurrió mi primer día en Miraflores.

Días después volvimos e emprender el viaje hasta aquel lugar donde esta vez había más gente, recuerdo que ese día conocí a Viloria, a Haendel, Laura Alejandra con quién me había encontrado en "la fiesta" y a quién le había regalado mi última cerveza.
Se nos estaba volviendo rutina ir a hablar tonterías pasar el tiempo con ese grupo de personas me hacía sentir que no todo era monotonía.

Y así fueron pasando los días y las semana recuerdo que uno de los últimos días que fuimos a Miraflores terminamos en la unidad de Smith, habíamos 4 hombres y 3 mujeres panda, Natalia y Yurani a quien apenas conocía ese día, hablamos e iniciamos a jugar verdad o penitencia, teníamos una guitarra y ambientaba bien la conversación que teníamos mientras jugábamos uno con unas regalas demaciado complejas para describirlas, a medida que fue oscureciendo buscamos un lugar donde hacernos era el momento que estábamos esperando el abrigo de las sombras, fue allí cuando Kioko soltó una carcajada y musitó " ya podemos empezar con la diversión" el juego de preguntas y respuestas se volvió cada vez más personal y ya entrados en confianza nadie reprochabas de las preguntas o los retos, (ese día iniciamos sin saber algo que semanas más tarde se haría un sueño por construir.) 

Los días en Miraflores habían sido de los mejores que pude pasar ese inicio de año poco a poco fui conociendo personas que de una u otra forma aportaban algo distinto a mis planes de vida pero tenía una idea y quería llevarla acabo aún así no tenía la confianza suficiente para comentarla con alguien, despues de casi un mes frecuentando Miraflores Kioko me dijo que todo posiblemente cambiaría que necesitábamos reunirnos y hablar seriamente, quedamos en hacerlo a la semana siguiente.

( Kioko para nosotros siempre ha sido y será el principe del drama el chico criado como parte de la realeza, nada que ver con su verdadera forma de ser, vulgar, burlón y descortés lo que no impide que sea agradable que pases tiempo con él, tiene una forma de tratar a las personas del común y una muy distinta de tratar a quienes de verdad le importan).

Pasaron los días y se llegó aquel día de la reunión habían menos personas de las esperadas y me presento a Will

(un moreno alto nacido en Bogotá criado en el choco y terminado de criar en el exterior, desde el mismo instante que me lo presentaron me cayó bien y sabíamos que nos llevaría mos bien).

Creo que ese fue el último día que estuvimos en Miraflores, y siempre habrá valido la pena estar allí.

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