Capítulo 19

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Respire el aroma de su colonia, no era una esencia muy común que los chicos solían usar. Nathan me apretó con más fuerza y yo le devolví el abrazo.
¿Por qué estaba haciendo esto? Estaba muy segura de lo que sentía Nathan por mí, pero ¿podía yo sentir lo mismo también?
Lo conozco desde hace mucho tiempo, él ha sido siempre uno de mis amigos más fieles, siempre había estado ahí cuando yo lo necesitaba, ¿cómo podría herirlo? Yo tenía a ... Joel.

- Puedes contarme ________.-me dijo.

No no no no, por supuesto que no podía contarle.
¿Qué se supone que le diría? ¿Que mi novio me dejó para ir a matar gente? ¿Que era un criminal y prometí no decirle a nadie? ¿Que me acosté con él mientras mis padres no estaban?
No.
Lentamente levanté mi mirada, preparándome para mentirle en su dulce y amigable rostro.

- Es.. es que..- comenzaba a decirle pero me interrumpieron.
- ¡Hey Nat! Tenemos practica hoy después de la escuela.- le dijo un chico que conocía desde segundo grado.
- Ya me habían dicho Mark, gracias.- le contestó y le dedicó una sonrisa, después regresó a nuestra conversación. - Entonces ¿Qué te pasa?.
- Es solo que mi hermano ha avergonzado a nuestra familia, me afectó más de lo que debería.- le contesté, MENTÍ.

Nathan me miró sospechoso.

- Lo siento mucho, tu hermano debió saber que eso no estuvo bien.

Yo solo asentí y traté de alejarme de su alcance. Nathan fingió no darse cuenta, ambos caminamos hacia donde estaban los demás chicos.
Estaba completamente quieta y callada, dejando que la culpa me comiera viva. Me sentía terrible, caminé hacia Lucy y me abrazó, como siempre lo hacía. Me senté con las chicas y los chicos se sentaron al otro lado de la mesa.

- Siempre te ves un poco pálida ________.- me dijo Jane preocupada.
- Cierto.- contestó Fernanda tocándome la frente.- debes tener fiebre.

Lucy también sintió mi frente y después tocó mis manos.

- ¡Estás hirviendo!.- exclamó lucy al momento de tocarme.
- No, solo es la temperatura de aquí, no se preocupen.- traté de calmarlas.
- No deberías ir a practicar soccer hoy, mejor quédate a descansar. - me sugirió Lucy.
¿QUÉ?
- No no, estoy bien. Si me siento mal no iré.- les mentí.

No, claro que no abandonaré el soccer.

- Si quieres, yo le puedo decir al entrenador...- Jane también estaba en el equipo.
- De verdad, ¡ESTOY BIEN!.- les dije casi gritando.

Había levantado demasiado mi voz, a lo que los chicos voltearon a ver que pasaba y me sentí incomoda.

- Perdón, pero en verdad estoy bien.- les repetí.
- Si tu lo dices.- contestó Fernanda.

En ese momento llegó Nathan, y me dió un jugo de naranja.

- Tómatelo.- me ordenó Nathan.
Lentamente miré hacia él.
- Gracias.- le contesté.
- Cuando quieras.

El timbre sonó y caminé hacia mi clase, pensaba... ¿Qué hubiera hecho Joel? Cargarme y llevarme lejos de ahí por supuesto.
Entré a mi clase hirviendo en temperatura, me tomé el jugo de naranja que Nath me había dado, me sentía un poco mejor. Tomé un poco más para mejorarme.
Después de la escuela, Nathan me alcanzó mientras yo iba hacia los casilleros para ir a practicar.

- ¡Hey hey! Usted señorita se irá a casa.- me dijo él.
- ¿Qué dices? Me siento bien, gracias por el ju...- le estaba diciendo, en ese momento tomó mi mano.

Nathan levantó sus cejas.

- Estás hirviendo lava girl, te llevaré a tu casa.

Se aferró a mi mano tomándola con fuerza y comenzó a acompañarme hacia mi casa.

- ¿Qué hay de tu práctica de basketball?.- le pregunté.
- El entrenador se divorció, ahora se desquita con nosotros... tú sabes, mejor me pierdo eso.

Oh diablos, ¿Qué puedo hacer para que regrese a la maldita escuela?

- Vamos por favor, regresa a la escuela.- le sugerí.
- Tendré que ir a casa una vez que te acompañe a la tuya, después iré a ayudarle a mi papá en su oficina.
- ¡POR FAVOR!- le dije levantando un poco la voz.
- No empieces ________.

Gruñí y seguí caminando, de repente, vi algo en mi árbol.
Era ese cabello castaño oscuro tan familiar para mí, aquel que podría reconocer donde sea.

- ¿Viste eso?.- pregunté, me acerqué un poco y no ví nada.

Nathan miró donde le dije y comenzó a reír.

- ¿Ver que? Necesitas un descanso, ahora comienzas a ver cosas _______.-

Me dijo y después me soltó de las manos para que caminara hacia mi puerta.

- De verdad debí ir a la práctica, te odio Nathan.- le dije en tono de burla.
- ¡Ja! Lo sé, lo sé. Espero que te sientas mejor.

Nathan esperó a que entrara a mi casa, él era lo suficientemente inteligente como para darse la vuelta estando yo aún afuera. Hubiera corrido de regreso hacia la escuela.
Me dijo adiós con su mano y cerré la puerta, lo miré mientras se iba. Una vez que lo perdí de vista salí hacia el árbol, busqué entre mis plantas y el jardín, no encontré nada.

Nathan tenía razón, estaba comenzando a ver cosas...

Enamorada de Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora