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-¡Bienvenidos a la Universidad de Chicago!- la voz del chico alto y flacucho que se encuentra en la tarima se escuchó en los altavoces de todo el lugar gracias al micrófono en sus manos- ustedes son los afortunados que lograron entrar a una de las universidades más prestigiosas de todo el mundo; pero lo más difícil no es quedar, es seguir aquí hasta el final...

-No vale la pena escuchar esas gilipolleces- dijo Stella tomando mi brazo para guiarme por la feria mientras yo reía en silencio.

Estando a una semana de que las clases empiecen oficialmente, durante estos días previos se da la feria de los novatos, donde todos los que entramos a primer año conocemos más sobre la universidad, las fraternidades y hermandades, talleres extracurriculares y cualquier información que tenga algo de relevancia para los años que se nos vienen.

Yo, por mi parte, solo me dejo guiar por Stella que camina entusiasmada hablando sobre todo lo que ve en los distintos puestos. Ella es algo así como lo chica que está en todas partes, hace deporte, es parte de la hermandad más grande, es novia de uno de los chicos mas guapos (eso suena muy asqueroso sabiendo que ese chico es mi hermano) y además destaca en todo lo académico.

-Deberías probar para el equipo de animadoras- dijo mientras leía un folleto del equipo-¡O entrar a fútbol! ¿Te gusta el fútbol?

-No especialmente- confesé.

-Entonces no puedes entrar a ese equipo- llevo uno de sus dedos a sus labios como pensando y después dijo alegremente- el equipo de animadoras- definitivamente es lo tuyo, ¡Estaríamos juntas!

-Lo siento, Stella. Soy más del tipo de persona que hace deporte por su cuenta- reí.

-Oh. Entonces tienes que hacer algo, necesitas los créditos- se detuvo en seco y me observó con curiosidad.

-Hay una feria que es probablemente más grande que todo mi pueblo ofreciendo todo tipo de opciones para tomar. Voy a encontrar algo.

Sonreí y seguí mi camino observando los distintos puestos del lugar mientras Stella seguía a mi lado, hablando nuevamente hasta por los codos.

Diablos, ¿Ésta chica no se calla nunca?

Los caminos formados por la ubicación de los puestos informativos están llenos de gente, algunos caminan apurados y otros observan con detenimiento cada opción. Hay grupos de amigos y hay chicos solos, algunos conversan otros solo miran, pero todos mantienen esa mirada en la que sus ojos brillan por la felicidad de estar en la Universidad de Chicago.

Observo de reojo a la gente y me pregunto quienes serán mis compañeros, si conoceré amigos o si me tendré que limitar a relacionarme eternamente con los de Theo. Me pregunto cómo van a ser las clases, los profesores y la exigencia del lugar. Me pregunto como será toda esta experiencia de ser universitaria.

-Stella, deja de atormentar a la pequeña Beckett- giro mi cabeza y me encuentro frente a frente con Dean y Oliver, quiénes me observan con algo de lástima.

-¿Te estoy atormentando, Behati?- preguntó Stella mirándome con sus grandes ojos abiertos con algo de vergüenza.

Ésta chica es demasiado dulce. Soy incapaz de decirle que es algo agotadora.

-Todo está bien, chicos. No exageren- reí.

Dean y Oliver decidieron acompañarnos a terminar de recorrer la feria en su totalidad, por lo que los 4 seguimos el mismo recorrido que prácticamente todos (por no decir todos) los presentes en el lugar. A las 17hrs desistimos de seguir en la feria y decidimos (la verdad ellos decidieron, yo solo dije que sí) que íbamos a ir a un bar.

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