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Prólogo

Behati

Solté abruptamente el libro que se encontraba en mis manos en el momento en que escuché mi teléfono sonar.

Teléfono que mis padres no podían saber que tengo.

Salté de la cama y prácticamente corrí hacia mi escritorio donde el aparato se encontraba sonando y vibrando.

-Mierda- gruñí cuando golpeé mi dedo pequeño del pie en el borde del escritorio.

Tomé el teléfono y miré el identificador de llamadas, frunciendo el ceño al ver un teléfono desconocido.

-¿Si?

-¿Behati Beckett?

-Sí...- respondí con una voz dudosa al no saber quién me llamaba.

-Hola, hablas con Jenna Cooper, del área de apoyo económico de la Universidad de Chicago. Te llamo por tú postulación al pregrado de Historia, ¿Estoy en lo correcto?

-Sí- respondí con un tono que derrochaba más felicidad de la que pretendía.

No pueden culparme, me están llamando desde la jodida Universidad de Chicago.

-Quiero avisarte que quedaste seleccionada- ay Dios mío, podría gritar en este mismo momento- y has sido seleccionada para estudiar con una beca 100%.

-¿De verdad?- pregunté con mi voz en un susurro.

-Sí. Las clases comienzan el lunes 17 de septiembre, pero idealmente llega dos semanas antes para que te muestren el campus, tu facultad y tú residencia. Además una semana antes de la entrada oficial es la feria de novatos, donde se presentan las actividades extraescolares, muestra de las hermandades y fraternidades y cosas del estilo.

-Entonces debería estar allá el 3 de septiembre.

-Idealmente.

-Ok.

-Cuando llegues a la universidad anda a la oficina de apoyo económico y pregunta por mí. Nos vemos, Behati. Bienvenida a la Universidad de Chicago.

Me despedí de Jenna, dejé el teléfono sobre el escritorio y salté a mi cama ahogando un grito contra la almohada.

Ay Dios.

Ay jodido Dios.

Me aceptaron.

Jodidamente me aceptaron en la Universidad de Chicago.