Premio de ciencias de una de las más importantes universidades de la región, un título otorgado al líder del mejor proyecto de investigación de la zona, cuyo proyecto es evaluado por los científicos más prestigiosos de la época, personas con todas las capacidades han intentado toda su vida conseguir tal símbolo de orgullo y de poder, pero sin acierto alguno, muchas de estas personas buscan satisfacer sus más altos deseos; fama, dinero, satisfacción intelectual o simplemente por aportar a la humanidad.
Tal majestuoso premio lo tengo en mis manos, lo gane el día de ayer en un gran evento en uno de los más grandes y finos salones de la ciudad, un evento que estuvo a toda la altura de su reconocimiento, los adornos que dejaban boquiabiertos a cualquiera que entrara; rosas, jazmines, telas largas y verdes que simbolizan la esperanza de la humanidad en la ciencia en el centro de la sala, que se extendían desde el techo hasta cada esquina del salón, también se encontraba todo tipo de comida, música clásica sonaba al son de la brisa que entraba por las ventanas que conducían al mirador en un décimo piso donde, allí se divisaba gran parte del centro de la ciudad cuya vista calmaba y alegraba a cualquier turista por más difícil que haya sido su día.
Aún recuerdo como sucedió todo...
En ese lugar me encontraba recibiendo la brisa e intentaba dejar de pensar en mis investigaciones, debía respetar el evento, así sea de dientes para afuera, lo que realmente me interesaba era mantener las buenas relaciones interpersonales y sociales con la farmacéutica que sostenía los ingresos de mis investigaciones, y como era un representante de la misma, lastimosamente debía mostrarme cordial y amable con todo el mundo, debo admitir que actuar de ese modo es lo más difícil de mi trabajo.
Pero en este mirador me sentía cómodo y alejado de las cosas efímeras que la gente llaman: reuniones, fiestas, amigos, entre otras; que no me aportan en absolutamente nada, miraba como derrochaba y perdía mi tiempo, el único que me entendía era el mirador, aquel que seguía cumpliendo su función gracias a las leyes de la física hasta que el tiempo y el oxígeno acaben con su resistencia, nada ni nadie en el interior del salón podría hacerme sentir como este simple mirador lo hacía, tanto así que en los 20 minutos que he estado acá son los mejores que he sentido en mucho tiempo, el viento, la luz de la luna, la temperatura que descendía a los 13 grados centígrados, a veces sentía como la brisa vencía la resistencia del saco del smoking que tenía puesto, te cuesta pensar como 600 dólares no valen nada frente a la naturaleza, provocando que mis bellos desciendan para cubrir la piel de la gloriosa brisa que sentía, ¡Principio cero de la termodinámica! Siempre la física haciéndome sentir mejor.
De pronto recuerdo como alguien rompe el silencio, ¡¿Cómo puede alguien atreverse a eso en este momento si no es para cambiarlo a un estado mejor!?. Allí acabo lo más hermoso de ese día, aunque conozco que la definición de hermoso varía dependiendo del observador y la filosofía ha estado cuestionándose este tipo de definiciones a lo largo de la historia de la humanidad, puedo asegurar que para mi realidad y mi experiencia esos 20 minutos fueron lo más hermoso de ese día.
- ¡Ameghino! Ooh ahí estas... Te he buscado por todo el recinto, hasta he salido al jardín para dar con usted. Tal majestuoso personaje de la ciencia no puede estar solo en este mirador además es de noche y está haciendo frío, puedes coger un resfriado, y sabes que un resfriado para alguien como usted es como cortarle los brazos en el trabajo, los micro-organismos puede afectar sus investigaciones, le recomiendo que entre, ya casi inician la entrega de premios.
-Muchas gracias amm...
- Arturo señor, Arturo Sight, Decano de la facultad de ciencias exactas de la Universidad de California.
-Un enorme gusto Arturo, pero en realidad este mirador se siente bien, puedo tener una vista maravillosa mientras despejo mi mente para el evento.
-Y ganarse el premio, señor todos sabemos que usted es el que más posibilidades tiene para ganarlo, los demás nominados con todo respeto, no han hecho ni la mitad de todos sus logros.
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Paternidad
HorrorAmeghino, un investigador de ciencias biológicas, trabaja para una importante farmacéutica, es considerado un genio en su campo, pero, hay algo que lo aflige, no ha podido lograr un deseo personal, el cual lo llevará hasta las últimas consecuencias...