Love is love

Naranjas y canela (Lu Xuanrun & Donghyun, UCCT)

Erase una vez...

En un pequeño pueblo vivía un niño de cabello café y ojos rojos. Y como todas las tardes, después de la escuela, se columpiaba bajo la sombra de aquel enorme árbol. Subía y bajaba mientras que sus ojos iban de pareja en pareja. Aquel lugar era el sitio favorito para los jóvenes enamorados. No solo alfas se reunían ahí, sino también betas y omegas, aunque en menor medida. Y aquel día todas las parejas celebraban el haberse conocido y enamorado, era San Valentín.

El pequeño Lu Xuanrun sabía, o al menos eso quería creer, que algún día encontraría a alguien justo para él, como su mamá siempre le decía.

Desde que tenía memoria su mamá le contaba cómo se habían conocido ella y su padre, ambos alfas. Y le decía que con la paciencia suficiente un día, sin previo aviso, llegaría. Él sabía que para eso faltaba mucho tiempo, apenas tenía 12 años, sus hormonas recién comenzaban a desarrollarse. Ni siquiera sabía a qué clasificación pertenecería. Mucho menos cuando conocería a su persona destinada. Más lo que no sabía, era que el destino le tenía preparado algo diferente...

Lu Xuanrun vió los primeros rayos rosas en el cielo, anunciando que ya era algo tarde, y pronto llegaría su papá, tenía que estar en su casa cuando sucediera. Con prisa se bajó del columpio. Quiso correr a toda velocidad hacia su casa pero había mucha gente. Las calles estaban repletas de enamorados y gente que les vendía cualquier objeto como símbolo de aquel dia.

Xuanrun trató de esquivar a la gente, pero no lograba avanzar mucho cuando otra pareja se cruzaba en su camino. Odiaba ser tan pequeño, y lo que ponía la situación peor, eran las feromonas de los demás, lo mareaban de sobremanera. Aún no sabía si sería alfa u omega, más de lo que estaba seguro es que no era un beta.

Con dificultad llegó hasta el final de la calle. Sus fosas nasales aspiraron un gran volumen de aire fresco, libre de esos aromas tan penetrantes. Se quedó ahí, encorvado y apoyando sus manos sobre sus rodillas. Y cuando volvió a tomar una gran cantidad de aire, para su sorpresa, en aquel puñado de gas percibió un aroma singular, no era fuerte ni tampoco suave... era.... era único... eran naranjas y canela. Era lo más delicioso que había atrapado su sentido del olfato. Sin pensarlo dos veces busco entre esa multitud el origen de aquel aroma.

Caminó unos metros hacia un lado y después giró hacia el otro, dio vueltas pero no encontraba de quien provenía aquel aroma. En su búsqueda, topó con más de uno, y tras pedir disculpas volvía a su objetivo.

Estaba por rendirse cuando lo vio. Ahí al final de la calle y el mercado, un pequeño niño de piel blanca, ojos grandes y cafes, de pelo negro con peinado de hongo. Lu Xuanrun abrió los ojos como nunca lo había hecho en su vida, ¿acaso aquel niño era su pareja destinada? El pequeño niño de ojos rojos se formulaba aquella pregunta, y al mismo tiempo recordaba las palabras de su mamá "cuando lo encuentres lo sabrás, sólo tienes que confiar en tu olfato y en tu corazón" le dijo, mientras posaba su mano sobre el pecho de su hijo.

Lu Xuanrun estaba inmovil, no podía dejar ir la oportunidad de conocer a su persona especial. Con los nervios a flor de piel, dió unos pasos cuando un par de alfas adolescentes lo empujaron, provocando que cayera al suelo. Por la culpa de esa riña, común entre los alfas, la gente se alborotó alrededor del pequeño Lu. Una señora joven lo ayudó a levantarse y lo alejó de aquel espectáculo. Cuando por fin se alejaron de aquella situación, la señora tras revisar que estaba bien, se retiró. Inmediatamente el castaño buscó al dueño de aquel rico aroma, más ya era tarde.

Al llegar a su casa, y tras recibir el regaño de su vida, el castaño le contó a su mamá lo sucedido. La joven señora le sonrió con aquella sonrisa tan cálida que la caracterizaba, y le dijo que tuviera fé. Si aquel niño peli-negro era su persona especial, el destino los uniría tarde o temprano.