Extra 8. San Valentín Honmei

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Atsushi estaba envuelto en la cama, el frío todavía se hacía presente en Yokohama y el felino no quería levantarse, Ryunosuke ya había usado incluso a Rashoumon pero el felino de piel delicada por el frió no quiso salir de la cama

- Jinko llegarás tarde al trabajo

- No, no quiero ir - se quejó Atsushi

- Jinko eres demasiado caprichoso últimamente

- No quiero Ryu - dijo tapándose con una gran frazada

- Jinko tienes que trabajar, Dazai-san dijo que san Valentín es un día de mucho movimiento

- ¡No quiero Ryu! - se quejó el albino - san Valentín es para enamorados... no es justo... - El mafioso miro al albino en su capricho por fin pudo entenderlo

- ¿quieres quedarte conmigo?

- Si...

- Jinko eres un gato caprichoso

- Veamos películas Ryu... vamos solo hoy, diré que me sentía mal del estomago

- Dazai-san hará que se lo pagues después

- Por favor Ryu - dijo el albino con aquellos ojos que solía hacer cual gato, con ellos conseguía sus caprichos

- Está bien - dijo el mafioso sin poder evitarlo

Atsushi salto a Ryunosuke desde la cama, después de un gran estruendo ambos chicos rieron por aquello, Ryunosuke prometió, tenía que hacer un trabajo rápido para la mafia y estaría todo el día en casa, dejo al albino solo por una hora... solo fue una hora pero al regresar, el departamento era un desastre

- ¡Jinko! - grito molesto al ver telas y sabanas por todas partes

- ¡Ryu bienvenido! - grito alegre el albino, Ryunosuke lo tomo con rashoumon molesto

- ¿Por qué haces un tiradero? - se quejo

- Hace frió Ryu

- Hace frió ¿no sabes decir algo más?

- Ryu te quiero

- Algo más

- Bájame Ryuu - se quejó el albino

- Jinko recoge todo

- No

- ¡Jinko!

- Ayúdame

- Tu hiciste el tiradero

- Ryu ayúdame por favor - se quejó el albino - es que - bajo la cabeza - mi llavero de camaleón se perdió por eso tire todas las telas buscándolo

Akutagawa suspiro, bajo al albino y lo miro serio

- Te ayudaré, pero ten más cuidado

- ¡Sip!

Akutagawa comenzó a levantar las sabanas, buscaba aquel llavero del albino, Atsushi también buscaba, aunque parecía que se hacia el tonto, Akutagawa suspiro por ello y simplemente se sentó en el suelo

- Jinko se supone que me ayudes ¿Por qué solo las mueves?

- N-no solo las muevo, las aviento - afirmo el albino

- ¿Qué te ocurre hoy Jinko?

- Na-nada - dijo nervioso el albino

- Dime ¿Qué pasa?

Una cena para dos, AkuAtsu - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora