Extra 13. Manzanas Acarameladas

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Antes que nada...

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Muchisimas gracias por leer está tierna historia, le tengo un cariño especial, ya que fue mi primera idea, el que ustedes la sigan es algo maravilloso, de verdad muchisimas gracias, ahora sin interrumpirles más les dejaré el extra... ¡EN VERDAD MUCHAS GRACIAS!

 ¡EN VERDAD MUCHAS GRACIAS!

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Akutagawa llevaba... déjenme corregir... Akutagawa jalaba a Atsushi por las calles de nueva york, no era como si el albino no estuviese acostumbrado o supiera que el mafioso estaba molesto pero Atsushi se sentía mal, en una ciudad donde nadie les conocía, donde nadie les miraba mal, preferia ser jalado a ser tomado de la mano dulcemente, aquello dejo al albino con una lagrima en su garganta

- Ryu ¿A dónde me llevas?

- A un lugar

- Es obvio Ryu ¿a cuál lugar?

- Iremos a mi hotel

- ¿eh? ¿Por qué?

- Por qué llevo una semana y media sin verte – dijo el mafioso haciendo al albino suspirar – quiero sexo – agrego Akutagawa haciendo al albino bajar sus expectativas

- Que cruel eres Ryunosuke, ni siquiera puedes ser lindo conmigo

- No

- ¿Qué te ocurre?

- No seré tu segundo platillo, soy el principal

- ¿De qué hablas Ryunosuke?

- ¿De qué? Me dejas de ver por semana y media y estas demasiado apegado a otro y

Atsushi no lo pudo evitar comenzó a reír, no burlándose, no, si no tiernamente por aquello gesto en el mafioso

- Ryunosuke ¿esos son celos? Es lindo

- Ya paso con Mark – se quejó el mafioso

- Sí, pero... - Atsushi aprovecho para tomar de la mano al mafioso – yo solo te amo a ti, Ryu

- Ok te ganaste tus manzanas acarameladas

- ¡Yeeeeey! – grito el albino alegre

Ambos chicos siguieron caminando, esta vez tomados de la mano, Atsushi contó todo sobre su semana al mafioso, desde sus comidas, hasta los tratos que tuvo que hacer, Akutagawa le escucho claro y preciso, no quería perderse nada, no lo admitía ante Dazai o Chuuya pero todo sobre Atsushi le fascinaba, no encontraba algo más placentero que hablar con él, bueno, si... tener relaciones con él, pero eso era otro punto.

Ambos chicos se sentaron en el pasto del central park, disfrutarían de la vista, la paz y sobretodo sus manzanas acarameladas mientras sus finos labios se rosaban y reían.

Una cena para dos, AkuAtsu - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora