Capítulo 4

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Chloe Quins

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—Ten mucho cuidado con lo que haces, Chloe, recuerda que me entero de todo lo que haces y si me llego a enterar de algo desagradable no te irá tan bien y lo sabes, cariño. —amenaza con una sonrisa cínica, sus brazos descansando en la barra y su rostro con la expresión más fría que he visto en mi vida. Me estremezco al ver sus ojos marrones y duros, siempre causándome ese temor que me hace obedecerle en todo.

Sigo limpiando la barra con la vista clavada en ésta, no quiero seguir mirando a ese ser. Hoy he llegado muy temprano y aún no hay muchos clientes por lo que sólo me queda limpiar, ni siquiera me he puesto el uniforme de la cafetería porque adentro está Louis, y mi amigo no es de mucho agrado de él, por lo que no le quiero causar problemas al chico de ojos azules con nuestro jefe. Afortunadamente ayer Zac no se apareció por aquí por lo que no se dio cuenta de mi ausencia y aún tengo trabajo.

Ayer por la noche, me encerré en mi cuarto porque no quería que Christopher arruinara todo lo bonito que pasé con mi doctor, aproveché ese tiempo para enviarle un mensaje a Louis y explicarle la razón por la que falté al trabajo omitiendo a Brandon, estaba preocupado pensando que Christopher me había hecho algo y lo de Christina pareció calmarlo, también le escribí a Amy, a ella le conté todo y estaba más emocionada que yo, dice que ya quiere conocer a Brandon.

Brandon... Tan sólo pensar en él agita mi pecho. Creo que mi corazón no se está dando cuenta que va muy rápido y se está haciendo ilusiones...

—Christopher, —lo llama Zac, su mejor amigo y mi jefe—, Ven, viejo. Deja a Chloe hacer su trabajo y vamos que Richard nos espera para ir a la carrera.

Su risa siempre con ese tono burlesco hoy me parece más insoportable que nunca.

—Sí, ya voy. —su mano alcanza mi barbilla y me obliga a mirarlo—. Me pareció que no escuché tu respuesta, Chloe.

—Sí, Christopher, me portaré bien. —murmuro.

Las palabras me salen ahogadas por el nudo que aprieta mi garganta. Christopher hace un sonido negativo, no satisfecho con mi respuesta.

—No es la manera como me gusta que me respondas, pero ya no se le puede pedir más a una inútil como tú. —suelta mi barbilla con fuerza—. Nos vemos en casa, primita querida.

—Ya, ven. —lo apresura Zac. No vio la escena porque estaba concentrado en entregarle unos papeles a uno de los meseros—. ¿Crees que gane Ray otra vez? —le pregunta cuando Chris llega hasta él.

—Claro que lo hará, es el mejor y tenemos que tener los mejores puestos para ver todo más de cerca.

Y se marcha con esa sonrisa cínica que demuestra el control que tiene sobre mí. Me siento humillada, como una basura que no vale nada y que puede ser pisoteada por todos. Esta es la vida que tengo que soportar todos los miserables días de mi vida, desde el primer segundo cuando me levanto hasta antes de dormirme su desprecio hacia mí es la comidilla de todos los días. Estoy harta de sus insultos, su abuso, su acoso, que se crea mi dueño. Maldigo el momento en que se me ocurrió dejar mi pueblo y buscarlo para pedirle ayuda cuando... mis padres murieron y me quedé sin nada. Sólo vine a buscar lo peor.

Lloro en silencio mientras limpio la barra una y otra vez, descargando mi odio y mi desprecio con ésta. Al principio todo iba bien, Christopher me llenaba de atenciones y me hacía sentir querida, hasta me envió a la preparatoria, lo único que necesitaba en esos momentos era cariño y él fingió dármelo. Con el tiempo fuí descubriendo sus problemas y mi vida se volvió un infierno, tal vez sólo me aceptó porque me vio como una fuente de ingresos económicos si me ponía a trabajar. Fue él quien me consiguió este trabajo con su amigo. Aunque ésto es algo que le agradezco, gracias al salario que gano aquí pude pagar mis estudios de fotografía y los terminé, lástima que un título no es suficiente para que me den trabajo como fotógrafa.

Only Angel 'PRETTYMUCH'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora