♪"Capítulo XXII"♪

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22 de Febrero del 2018

"Y de repente la musica es todo lo que quiero escuchar"




Alguna vez te quedaste viendo el cielo por un buen rato pensando en situaciones y experiencias vividas, ¿algunas buenas y otras no tan buenas?, bueno este es uno de ellos, estoy tan sumida internamente en mis pensamientos que no se si estoy soñando despierta o si estoy viviendo un sueño.

-Maldita mocosa, será mejor que dejes de moverte, no te quites el maldito cinturón o soy capaz de tirarte del auto.

En aquel entonces estaba tan asustada y horrorizada que no podía dejar de temblar, ¿qué pasará conmigo?, ¿seré yo la siguiente?.

-Mamá, papá..-las lágrimas bajaban continuamente por mi rostro, pensar en que nunca volvería a verlos- quiero quedarme con mis padres, ¡quiero estar con ellos!.

-No te preocupes al  lugar a dónde vas estoy seguro que podrás verlos enseguida, me darán una buena suma por ti.

-¡Estas loco!..-al quitar el último nudo terminé  por deshacerme de la cuerda.

-¡Mocosa estupida!..- en el instante en que quiso atraparme  perdió el control del vehículo.

Lo siguiente que presencié fue como nos descarrilamos, mi cuerpo empezó a golpearse por todo el auto y antes de perder la conciencia escuché un zumbido en mi oído.

Si.. quizás estoy muerta, quizás así podré ver a mis padres de nuevo, quizás..

Al despertar de aquel sueño me topé con una luz enorme, el olor a alcohol y a cloro llegó a mis fosas nasales, era momento de levantarme antes de que mi madre se despertara y mi padre fuera por el periódico, pero no,  ver una silueta a mi costado y el dolor en mi cuerpo me hizo dar cuenta de la cruel y dura realidad.

Mi pesadilla apenas empezaba.

-Yo...

La señorita a mi lado se acercó  rápidamente mientras su rostro de sorpresa no pasaba desapercibido por mi, ¿dónde estaba?.

-¿Cómo te sientes pequeña?.- preguntó mientras revisaba la máquina a mi lado.

Bajé  el rostro para ver el resto de mi cuerpo y no pude evitar querer gritar por la cantidad de agujas y tubos sobre mi, mi cuerpo no se movía, pero dolía.

Mi grito de horror alertó a la enfermera que enseguida corrió mientras gritaba por ayuda desde el pasillo, la sensación de mi garganta desgarrandose no se comparaba con el dolor por la pérdida de mis padres.

-¡Estabilizala e inyectale un sedante, ahora!.

Mis gritos no cesaron hasta que todo se puso negro nuevamente. ¿Por qué a mi?, ¿por qué yo?.

¿Por qué mamá nunca me dijo que la vida iba a ser así de dura?.

Esa pregunta estaba todo el tiempo en mi cabeza una y otra vez y la conclusión a la que llegué fue la siguiente, para los padres hacer la vida menos dura de sus hijos es un objetivo primordial, mis padres eran el escudo para que la cruda realidad no me golpeara.

Y como ese escudo ya no está, la vida no tuvo piedad y me arrastró sin pudor alguno.

Desperté una segunda vez aunque mi intención no haya sido esa, más calmada y más tranquila los estudios empezaron, un profundo dolor que nunca antes había sentido se hizo presente en mi. Un maldito dolor de cabeza.

叫び"SAKEBI"叫び(Fukumenkei Noise)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora