-¡ Mira linda hay esta!... Dijo la madre sin disimular la emoción por haber llegado; Mientras en su mete sólo pensaba en lo que iba hacer apenas llegará a casa llamaría aún enamorado que tenia a escondidas de la rubia, Tendrían una velada romántica & quizás tendría sexo, mucho sexo, ya que tenía varios meses sólo hablando por teléfono con el.
La rubia miro a la madre con una mirada de sorprendida en ese momento en que la miro sólo pensaba en lo lindo que seria matarla en ese precisó momento, pero no lo haría por que tenia reservado algo especial para ella muy especial.
-Al fin... dijo sin dejar que su madre no tara que no quería quedarse allí; pro tratando de meterse en la cabeza de su madre.
La madre llevo el auto al estacionamiento, pasaron unos minutos antes de que decidiera bajar de auto. Al salir de auto fue a la parte trasera del coche & saco las maletas de Carla.
-Sal de coche, tenemos que entrar ahora, no quiero que me coja muy tarde en la cartera... su madre pensado más bien en llegar temprano para prepara la cena para su invitado.
La rubia no respondió, estaba inmóvil, su rostro estaba muy extraño.
Unos hombres & una mujer un poco alta se dirijan al estacionamiento, uno de aquellos sujetos traía consigo una silla de ruda, parecía algo nueva, el otro sólo tenía en sus manos un juego de llaves; Carla aún no salía del auto pero estaba observado a su madre hablar con aquella extraña mujer.
Vestida con el típico uniforme que usan las mojas, sus ojos negros, piel bronceada, labios carnosos & una nariz perfilada; eran las cualidades de la mujer encargada de cambiar el comportamiento de Carla, sin importar como ni lo que tuviera que hacer para cambiarla.
-Es ella la chica...dijo la extraña dirigido su mirada al coche, exactamente hacia Carla.
- Si, es ella!... ¿Está usted segura de que aquí ella cambiar su forma de ser?; dijo la madre de Carla, invadida por un sentimiento que le hacía dudar de que en aquel lugar pudieran cambiar la actitud de Carla, era el amor que sentía por su hija lo que le producía pensar de esa manera.
-Caro que si; unas tres semanas después que ingrese al hospital empezará a notar los cambios, eso se lo aseguró... dijo la extraña con una leve sonrisa en su rostro.
-Ok.. eso espero!... un minuto de silencio ¿ahora que?; dijo la madre algo incómoda, quería que pasara ese momento en el que ingresaba a su hija al hospital.
-Bueno sólo esperamos que usted de la orden para dormir a su hija, ya que ni queremos berrinches al entrar o un intento estúpido de escapar...dijo la mujer mirado a la madre & luego a Carla.
-Está bien, adelanté, pero por favor traten de no lastimarla… Dijo la madre volteado a ver a Carla; pensado en si estaría bien su hija & como la tratarían en el hospital una ves dentro.
Los dos sujetos vestidos de blanco, acercaron al auto con intención de inyectar un tranquilizante a la chica para poder ingresarla al centro.
Uno de ellos abrió la puerta mientras el otro preparaba la inyección; Carla permanecía inmóvil, con la cabeza agachada; tenía esperanza de que su madre recapacitaría, pero no fue así. El hombre, aparentemente enfermero, se acercó bajado su cabeza para ver donde era que tenia que colocar la inyección.
-Hola!, mi nombre es Tom, trabajo aquí temporal mente & soy el encargado de hacer que entre sin problemas...se presentó con una sonrisa muy simpática en su rostro, buscado conversar con la chica la cual le pareció atractiva desde el momento en que la vio aunque no pudo apreciar su rostro por la posición en que estaba.
- ¿Cómo te llamas?... pregunto, no recibió respuesta alguna ni siquiera una mirada, gesto o algo que le diera a entender que la chica quería hablar con el o con alguien más.
-Un... al parecer no quieres hablar... dijo sacando de su bolsillo un na jeringa & un frasco sin etiqueta.
[Un minuto de silencio.]
-Bueno espero que no te moleste, pero tengo que ponerte este sedante para que no quieras salir corriendo o algo así; si no lo hago yo lo ara mi amigo o la madre superiora... le dijo mirando a la señora que estaba al lado de su madre.
Tom, preparó la jeringa por más de la mitad de un líquido algo amarillento. Dobló la manga de la blusa de Carla y le frotó con algo de alcohol el obró. – vas a sentir un pequeño pique en tu hombro. – informó con voz seductora.
La aguja penetró su delicada piel con suavidad.
La joven no se quejo, pero alzó la cabeza por unos minutos. Miro al su alrededor pero todo a su alrededor se veía muy confuso; asta quedar dormida. El joven enfermero la saco del coche poniéndola en la silla de ruedas que había traído su compañero.
La madre con un mirada de lástima al como llevan a su hija toda drogada al interior de hospital psiquiátrico.-cuídenla bien por favor. -dijo con voz llorosa... Mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.
La madre superiora asintió con su cabeza, colocando la mano derecha en el hombro de la madre, que en ese momento veía a su hija perdiéndose tras aquella enorme puerta de madera; la tratado madre superiora trato de tranquilizarla.
-ya debe de marcharse estamos esperado el tralado de otro paciente...-Comunicó la madre sin abundar en dar detalles.La madre de Carla no quiso indagar subió al coche, lo puso en marcha & se marchó sin mirar atrás.
>>Debo de tenerme en el supermercado por unas cosa que me hacen falta para la cena<<
Era lo que pensaba la madre de la joven al salir a la carretera.
Una chica de pelo negro se ha cerco a la madre superiora corriendo. -Madre, Madre, acaban de llamar las personas encargadas del traslado de aquel chico el que llegaría hoy... Comunico la joven agitada por corre tanto.
-respira & luego cuéntame lo que te dijeron... dijo mirándola desde una postura recta, con voz imponente.La joven chica se agachó a recuperar el aliento, se incorporó & ya con su respiración normal dijo.
-cambiaron el traslado para mañana en la mañana. [hizo una pausa] algo relacionado con la hora, que era un poco tarde ya...añadió mirando al suelo.
La madera dirijo la mirada al cielo, cedió cuenta que estaba algo nublado; ordenó a la chica que dijera a los guardias que cerrarán las puertas. La joven hizo tal & como se le había dicho. La madre caminaba con pasos muy cortos al hospital. mientras los dos jóvenes dejaban a Carla en lo que sería su cárcel, su nido, donde no podía dañar a nadie, ni siquiera así misma.
Allí estaba drogada tendida en una cama, entre cuatros paredes blancas, una ventana cubierta con barrotes de metal, con vista al patio trasero del hospital, allí entre ésa paredes sólo tenía dos opciones, recapacitar o enloquecer.
Un viejo reloj colgado en la pared de la oficina de la madre superiora marco las cuatro treinta de la noche. los pasillos de hospital estaban totalmente vacíos. Unos gritos de separantes rompieron el silencio de la noche. Era Carla que había despertado de aquel profundo sueño producto del sedante.
quiero salir – gritaba – no quiero estar aquí – cada vez más fuerte entre lágrimas, arremetiendo con fuerza su cuerpo en la puerta hasta cansarse.
A rastro la cama al medio del cuarto. Empezó a dar vueltas en círculos al alrededor de la cama entre momentáneas carcajadas de locura & repentinos ataques de llanto & desesperación.
Término arrojándose en una esquina murmurando cosas, maldiciendo a su madre. – Te mataré mamá, juro que lo are. – Decía para Si misma sujetándose las rodillas con fuerza & tambaleándose asía a late & asía tras entre una risa neurótica.
Continuó así el resto de la noche.