Amai Odayaka.
Es la hora del recreo, he ido al club de cocina para preparar mi plato preferido, pobre Taro; ha perdido a su mejor amiga, quien habrá sido. Bueno, al menos me podré acercar más a él sin tener que sufrir insultos de alguien. Acabo rápido con el plato. Lo dejo preparado para la hora de los clubs, así podré repartir las porciones a cada alumno lo más pronto posible.
Voy a mi clase para recoger mi almuerzo. Estoy subiendo las escaleras y no hay nadie. Supongo que la mayoría de los alumnos estarán en el patio interior. Cuando llego, me siento en el banco más cercano a la puerta para cuando suene el timbre, llegar lo más rápido posible a la clase. No hay nadie, bueno, descartando a Midori-Chan y a Oka-Chan.
Sentada, abro el bento, todo se ve exquisito.
- ¡Bon Appetit!
Agarro con la cuchara un poco de arroz y me lo dirijo a la boca. Está delicioso.
Me empiezo a marear, me levanto, pero seguidamente me caigo al suelo. No consigo moverme. Comienzo a perder la respiración hasta ahogarme. La ultima imagen que consigo recordar, es una persona dejando un frasco y unas llaves. No sé quien será, pero supongo que es la persona responsable de esto.
- Uf, que pena (risas).
Ayano Aishi.
Ha sonado el timbre del fin de la primera clase. Bajo las escaleras lo más veloz posible hasta llegar a la entrada de la enfermería.
Cuando entro, no veo a nadie. Empiezo a buscar las llaves del armario que contiene mi veneno preferido. El veneno se presenta en polvo, me será más fácil camuflarlo en el bento de Amai-Chan. Cuando encuentro el juego de llaves que esconde la enfermera, intento abrir el armario. En unos segundos lo consigo abrir. Cojo el frasco del veneno y cierro el armario con llave, así la enfermera no sospechará de que le falta un medicamento de su armario.
Esa guarra se va a enterar de quien soy yo, y que Taro-Kun es mio. Vuelvo a clase antes de que suene el timbre. Ha sonado el timbre que marca el fin de las clases y el comienzo de la hora del recreo. Agarro mi almuerzo y me dirijo a la clase donde estudia Amai-Chan. Cuando llego a la puerta, veo que aún está recogiendo su pupitre. Entro para "ayudarla".
- Hola, soy Ayano Aishi, he visto que estás recogiendo y que aún te queda mucho,¿Quieres que te ayude?- Le digo seguido de una sonrisa amable, pero falsa a la vez.
- Sí por favor, tengo que ir deprisa al club de cocina para preparar con antelación un plato para repartir entre los alumnos.
Acabamos rápido y ella se va sin recoger su almuerzo. Ahora e el momento perfecto ya que no hay nadie. Saco de mi bolsillo el frasco y lo dejo en el pupitre de al lado, abro su bento cuidadosamente para que no se mueva nada de sitio. Abro el frasco y vierto una pizca de veneno en el arroz, así parece que lo que lleva es sal. Vuelvo a cerrar el bento y lo envuelvo en el pañuelo que llevaba. Recojo el frasco y me dirijo a la azotea.
Cuando llego, simplemente espero a que llegue mi víctima y se siente en un banco. Yo me escondo para que no vea que la estoy observando. Cuando llega, se sienta en el banco más cercano a las escaleras. Se sienta y empieza a comer. Cuando empieza a hacer efecto, se levanta, pero rápidamente se desploma solo escucho susurros de ayuda pero nadie lo puede oír. Cuando está a punto de perder la consciencia, me acerco a dejarle las llaves y el veneno de la enfermera.
-Uf, que pena (risas)- Me desahogo antes de que ella, simplemente muera.
Bajo las escaleras hasta llegar a mi clase. Así llego pronto y no levanto sospechas.
ESTÁS LEYENDO
Enferma de amor.
TerrorAyano-Chan es una chica distinta a las demás; no puede sentir lo mismo que el resto de la sociedad, pero hay una persona que hace que sienta lo que no puede sentir cuando no está cerca suyo. En esta novela de terror te adentrarás en la mente y exper...