Mis padres me entregaron todo su apoyo incondicional, sobre todo mi padre, que me ayuda a como llevar un embarazo en salud, pero faltaba alguien.
Tome la decisión de salir en busca de la madre de mi hijo, ilusionado, pensando en que nombre ella planeara ponerle, ¿Será niña o niño? un sin numero de ideas lo cual no pasaran a ser mas que ideas... Llegando a casa de Ashley, como dicen hablando de el rey de roma, mira quien se asoma, a una esquina se encontraba ella, traía una cara de amargada lo cual note por las arrugas en su frente.
—Príncipe, tengo algo que decirte, fueron sus palabras al instante, sin ni siquiera un simple hola.
—Yo también tengo que contarte algo, pero a ver, primero cuentame tu, ¿que pasa?.
—Lo siento, pero no podemos seguir juntos, me voy en dos semana a realizar mis estudios en Inglaterra y para no dejarte esperando en luto a que yo regrese, ten en cuenta que mi viaje no tiene fecha de regreso.
Lo que faltaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas como un rió desbordado. Fríamente me dice:
—Que me querías decir?
No supe que hacer al instante, quede totalmente idiotizado, le digo? o no le digo, me auto pregunté.
—No, nada, era algo de la escuela.
—Esta bien, acepto sin ningún problema.
Clara mi decisión.
Me toma en sus brazos y me besa, preguntas surgían rápidamente en mi mente ¿Me despido de la madre de mi hijo?, ¿padre soltero? que duro se me hace afrontar la realidad. !Dios ayúdame¡.
Luego de la despedida, mi habitación se convirtió en la sala de un velatorio, donde solo se iba a llorar. Ese sabor a no poder hacer nada. ¿Por que nací hombre? fue la expresión que con clara razón gritaba.
Llego la despedida, y no hay mas nada que resignarme por completo, aunque ella tenia todo el derecho a saber que era su madre, mas algo me impedía decírselo.
Solo queda echar para alante, ver nacer y criar a mi bebe, yo solo como padre responsable...
