Me levanté de sopetón, chocando fuertemente mi frente con la litera de arriba.
-¡Joder! –gruñí-. ¡Apaguen esa puta alarma!
-No permitimos groserías aquí, Penny Lane* –habló una voz clara y serena.
Levanté mi vista y me encontré con Nerea, la líder de Delta Kappa, observándome desde la puerta de mi nuevo cuarto.
-Disculpa... Oye, no me llamo Penny Lane -fruncí el entrecejo-. Sólo Penny.
-Me gustaría llamarte Penny Lane.
-Pero ese no es mi nombre...
-¿Cómo has dormido? –cambió de tema rotundamente, con una sonrisa.
-Eh... bien, gracias, cualquier cosa es mejor que dormir en la calle –intenté bromear, pero al parecer, Nerea no entendió el chiste.
-Oh, que terrible, pobrecita –se llevó una mano al pecho con la cara afligida-. Tranquila, ahora estás a salvo.
-Era tan solo una... -bufé, cansada-. Meh, mejor dejémoslo ahí.
-Bueno... El desayuno ya está listo, Penny Lane, baja.
No. Jodas.
-Cabrona –dije entre dientes una vez que se fue del cuarto.
-Te acostumbrarás –se oyó una voz ronca desde la litera de arriba, haciéndome saltar de la sorpresa. Por un momento había olvidado que compartía el cuarto.
-Eh, ¿hola? –pregunté.
De repente, una cabecita se asomó desde la cama de arriba, haciéndome sobresaltar otra vez.
-¡Hola! Oh, lo siento, ¿te asusté? No importa, soy Rose Rush Kabakov, pero puedes llamarme Rush –habló rápidamente la rubia, sonriéndome de oreja a oreja y extendiéndome la mano.
La tomé dudosa, pero finalmente le sonreí.
-Soy Penny...
-Lo sé, mujer, ¿quién en este campus no te conoce? Y eso que soy nueva–comenzó a reír, y de un salto, se bajó de la cama. Tenía un pantalón largo de algodón y un top, dejando ver el tatuaje de una linda mariposa de colores bajo su pecho. Se sentó como indio frente a mí.
-Ahora mismo, no me sirve ser una figura famosa –resoplé-. ¿Qué es esta maldita casa de locos?
-Eso intento averiguar –hizo una mueca extraña, que me causó gracia-. Son algo así como una hermandad zen, tú sabes, los fanáticos de buda y de la paz interior –bufó-. ¡No me mires así, no formo parte de ellos! Tuve que entrar aquí, no tenía otra opción.
-Somos dos –suspiré y me tiré hacia atrás-. Mi casa ha sido invadida por un grupo de "chicos malos".
-Oí de eso... ¿Por eso estás aquí? ¿Porque eres una homeless? –bromeó y comencé a reír.
-Básicamente sí, mis amigos y yo tuvimos que buscar asilo en diferentes fraternidades. No tenemos dinero para rentar un departamento y las casas de nuestras familias están en, literalmente, otros estado –suspiré-. Espero que a ellos les esté yendo mejor que a mí.
-Bah, no te amargues, mujer –me dio una palmada en la frente, sorprendiéndome-. Piensa en algo: esto recién empieza. Y por lo que he oído por ahí tú y tus amigos no son de quedarse de brazos cruzados –alzó ambas cejas con diversión.
Por primera vez desde mi llegada, comencé a sentir que la emoción y la adrenalina invadían mi cuerpo. Exactamente esto necesitaba, que me den un empujón.
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Alfa (APUF II)
Teen FictionUna nueva guerra estalló, un nuevo juego comenzó. Damas y caballeros.... Penny Turner, la más cabrona del condado, ha vuelto a las pistas, y más que dispuesta a recuperar lo que es suyo y nuevamente, demostrar quién manda. Segunda parte de Adoptada...