Sweet proposal

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Taehyung esperaba impacientemente en el estacionamiento de aquel colegio. Se encontraba sumamente nervioso, podía sentir incluso cómo le sudaban las manos.

Apretando con fuerza el ramo de rosas, se alentó a sí mismo, dándose coraje. Suspiró fuertemente y sonrió nervioso. Finalmente hoy era el día. Después de dos años de relación con su pareja, decidió que era el momento de pedirle matrimonio.

Y... ¿qué mejor ocasión que el día de San Valentín?

Miró su reloj de pulsera, verificando que estaba a tan solo 5 minutos de que sonara la campana. Aunque Jungkook probablemente demorase un poco más en salir.

Porque así era él. Siempre preocupándose por sus alumnos, esperando hasta el último minuto para que cada uno de ellos se fuera a casa con sus padres y no se quedara solo en aquel colegio.

¡Ah! Su Kookie era un ser tan amable. Se sentía realmente honrado de ser su pareja.

El timbre sonó, y sólo bastaron unos segundos para que el lugar se llenara de voces y gritos de infantes. Todos apresurados por salir de aquel establecimiento y llegar a su hogar rápidamente.

Rió por lo adorables que se veían ante sus ojos.

En verdad deseaba tener un hijo. Un hijo con su Jungkookie. Era todo lo que anhelaba.

Amaba a los niños con la misma intensidad en la que amaba a Jungkook. Y el simple hecho de imaginarse el tener una familia con él, le llenaba de felicidad.

Podía imaginarse perfectamente a tres o cuatro niños correteando y jugueteando alrededor de ellos. A Jungkook enseñándoles a escribir o leer, riendo al ver lo mal que lo hacían sus primeras veces, y sonriendo orgulloso cuando ya lo hayan conseguido.

Podía verse a ambos arropando a sus niños, para luego acostarse en su cama matrimonial y descansar después de tan ajetreado día. Con Jungkook entre sus brazos, besándolo hasta quedarse dormidos.

Sí, definitivamente eso era todo lo que deseaba en su vida.

Y por inercia, una leve sonrisa se formó en su rostro. Ocasionando que el joven azabache que acaba de salir del colegio, sonriéra enternecido.

-¿A qué se debe tal hermosa sonrisa?- interrogó el menor, abrazándolo por la cintura y colocando su rostro en el cuello ajeno.

-Sólo... estaba pensando que sería realmente lindo tener una familia.- suspiró, para luego separarse del menor y besarle cariñosamente en los labios.

-¿Esas rosas son para mí?- sonrió el azabache.

-Mhm- negó -Son para la señora Choi.

-Creo que le encantarán- carcajeó -Estoy seguro de que no recibe flores en San Valentín desde hace más de una década.

-Bueno, eso es por ser una gruñona sin remedio. Lamento desilusionarla, pero verdaderamente son para ti.

-¿Sabes? Me da un poco de pena.

-Tienes razón, probablemente deba darle el ramo a ella.- habló con falsa seriedad.

-Bueno, tampoco es como si le tuviera tanta pena.- bromeó, ocasionando que el mayor riera.

Tomó el ramo entre sus manos y sonrió adorablemente. Taehyung seguía sin concebir la belleza de aquel ser que tanto amaba.

Cualquier cosa que Jungkook hiciera, por más mínima que fuera, le parecía sumamente adorable.
Cada una de sus expresiones lo enamoraba irremediablemente una y otra vez.

-Jungkook.- le susurró.

-¿Sí?

La mirada inundada en cariño que le dedicaba el menor, solamente ocasionaba más nervios en él, mas también le daba la valentía que necesitaba para hacerle aquella propuesta tan ansiada.

-Debo preguntarte algo realmente importante.

-Claro Tae, dime.

-Y-Yo... t-tú- y ahí estaban sus nervios otra vez, pero no podrían con él. Así que rápidamente los alejó. Tomó de su chaqueta aquella cajita de terciopelo que con tanto esmero compró y se agachó, apoyando una de sus rodillas en el suelo. Imitando aquella pose que había visto en tantas películas, creyendo que se vería más romántico -Jungkook, me harías el hombre más feliz del mundo si aceptaras casarte conmigo.

El asombro no cabía en el cuerpo del azabache, nunca se imaginó que aquel actuar tan extraño en Taehyung se debía a eso.

Diminutas lágrimas se deslizaban por sus mejillas y, sonriendo, se lanzó hacia los brazos de su novio.

-Tú ya me haces el hombre más feliz del mundo.- susurró.

-¿Entonces aceptas?- preguntó dudoso, afianzando el abrazo.

-Claro que sí, bobo.- rió, besándolo suavemente.

-Te amo, Jungkook. Feliz día de San Valentín.

-Feliz día de San Valentín, amor.

Y entre besos y sonrisas llenas de adoración, la joven pareja de prometidos se dirigió hacia su pequeño hogar. Dispuestos a pasar una hermosa e inolvidable velada.

By JE0NCUM

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