Los Thompson

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- Si, fue bueno. Quedamos para otro día. Adiós- se escuchó una voz masculina muy cerca de mi que provocó que me despertara.
Estire brazos y piernas y en cuanto abrí los ojos lo primero que vi fue a un chico parado de espaldas con una toalla blanca atada en la cintura frente al placard a tres metros de distancia, colgando el teléfono y buscando ropa para ponerse.
En ese momento me quede paralizada de la vergüenza y me puse a observarlo.
Veía como se marcaba cada músculo de la espalda húmeda, como se movían sus brazos formados de tanto peso que levantaban, el brazo izquierdo llevaba un tatuaje desde su ancho hombro hasta casi tocar el codo, era una extraña silueta que no lograba descifrar. Bajo sus pies se estaba formando un pequeño charco que se alimentaba de las gotas que le caían de su cabello oscuro y despeinado. A mis ojos, el, era una maravilla... y de repente comenzó a girar hasta quedar de frente a mi. Inmediatamente cerré los ojos para que pensara que seguía durmiendo
- Buenos días Bella durmiente- dijo en un tono burlón
Con un poco vergüenza abrí los ojos de a poco y fingí bostezar
- Buenos días- dije cansada - Así que tu eras quien hacia tanto ruido- añadí ya sentándome en la cama
- No soy un chico silencioso- dijo sonriendo y poniéndose una remera.
Hasta ahora, lo único que había logrado ver desde que se había volteado fue su rostro que me dejo sin palabras . Había visto chicos lindos en Texas pero nunca alguien como el, desde su boca hasta su pelo, todo era perfecto, pero lo que mas me gusto fueron sus ojos. Eran de un verde intenso tirando a un azul exótico, realmente era algo que se destacaba. Durante toda mi vida había convivido con personas de ojos claros. Mama tiene los ojos verdes, papa y toda su familia azul, hasta incluso Lea, que tiene unos ojos grises, pero nunca había visto algo como estos.
- Si, eso lo note- conteste juguetona.
Como reacción a mi respuesta me miro con una cara desafiante y comenzó a soltarse el nudo que mantenía la toalla en su lugar. Rápidamente di media vuelta y cubrí mi rostro con la almohada
- ¿¡¡¡Que haces!!!?- pregunte desesperada, pero no obtuve respuesta mas que una risita burlona. Y luego de unos minutos sentí que la puerta se cerraba. Enojada retire la almohada y me di la vuelta, pero ya no estaba.
En ese momento me sonó en mi celular el tono de notificación,cogí el teléfono y me encontré con cinco llamadas perdidas de mi madre y once llamadas y veinticinco mensajes de Lea:
"¿CALIFORNIA?", "¿Que coños Katherine?", " oye, ¡¡¡contesta!!!"....
Tome a mi madre como prioridad y la llame
- Katie, hola- se escucho la dulce voz de mi madre del otro lado del teléfono
- Mama, ¿como estas?- accedí a preguntarle
- Bien, escucha, seguramente estás confundida y angustiada pero no te preocupes, los Thompson te atenderán bien, ¿los recuerdas?
- Si, claro que los recuerdo. ¿Que esta pasando?
- Luego te explico, tu solo compórtate como sabes hacerlo. Estarás en California hasta nuevo aviso hija, lo lamento
- ¿Hasta nuevo aviso?, !!!¿eso que significa?!!!, ¿una semana, un mes, 10 AÑOS? - comencé a preguntarle alterándome
- No lo se Katie, hasta nuevo aviso. Lo lamento hija, debo colgar. Mas tarde llámame- esas fueron sus ultimas palabras y luego colgó.
Estaba furiosa, ¿que significaba hasta nuevo aviso? Yo tengo una vida, una escuela, amigos, todo en Texas. Y las lagrimas comenzaron a descender.
Ignore los mensajes de Lea y tome un short blanco, una remera negra y mis zapatillas rojas de mi maleta. Tendí la cama y fui al baño para lavarme un poco.
Ya era medio día así que baje las escaleras y me dirigí hacia la cocina.
-Buenos días señorita Katherine- dijo Amadea , el ama de llaves, al parecer ese era su nombre - La familia la está esperando en el comedor para almorzar
- Buenos días, y gracias- le respondí y me dirigí al comedor. Al llegar vi la mesa llena de abundante comida y al parecer toda la familia estaba sentada esperándome.
- Buenos días- tome la iniciativa de la conversación
- Buenos días cariño- contesto Marine - ven, siéntate con nosotros- me indico señalándome mi lugar al lado una hermosa chica de unos 17 años.
- Seguramente no recuerdas a todos- dijo Paul, y señalando al muchacho de pelo marrón y ojos color miel que estaba sentado del otro lado de la chica bonita continuó - El es Daniel, tiene 17- mire a Daniel quien me sonrió y me dijo que le diga Dan por que sino se ofendería.
- Ella es Rose, es la novia de Dan - me explico señalando a la chica que estaba junto a dan. - El pequeño de ahí, ese es Junior, es el más pequeño, tiene 13- y gire la cabeza para ver al pequeño que estaba sentado en una esquina quien me estaba mirando con cara seductora y me saco una sonrisa.
Y finalmente señaló al chico de esta mañana - El es William- dijo casi nada entusiasmado como lo hizo con los anteriores. Mire a William quien ni siquiera se tomo la molestia de mirarme.
El almuerzo siguió como cualquier familia feliz comiendo y comentando sobre lo perfecta que eran sus vidas, solo me hicieron unas cuantas preguntas pero nada importante. Hasta que de repente William se levanto de la mesa torpemente y eso llamo la atención de todos.
- Debo irme, es algo importante- dijo con apuro en su voz
- No vas a ningún lado, te quedas con nosotros en la mesa- dijo Marine enojada
- Debo irme- replico Will y se retiro de la mesa
Marine furiosa comenzó a levantar la voz para llamarlo pero era tarde, la puerta ya se había cerrado y el motor del coche ya se había encendido.
- Hay que comenzar a ponerle limites- dijo Paul un poco decepcionado

Ya eran las 3 p.m, y estaba instalada en la cama del cuarto que habían preparado para mi viendo Pinterest cuando me entro un mensaje de Marissa: " ¡Hola Katie!, ¿que tal tu llegada a Newport?. Estoy aburrida y quería saber si quieres que tomemos algo juntas!"
Me alegre al ver su mensaje y le conteste de inmediato: "Hola Marissa, ¡claro! Ahora estoy libre, ¿donde nos vemos?"
Marissa: " ¡Genial!, hay un bar cerca del muelle nos vemos ahí".

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