De nervios & primeros besos.

Damián se encontraba poniéndose su uniforme en la baticueva, algo le pasaba al hijo de Batman, algo que jamás le había sucedido antes en sus 19 años de vida. Damián estaba nervioso, y no era por cualquier cosa, estaba nervioso por estar a solas con Jon en la misión que ambos tenían esa noche, jamás le había pasado eso desde que lo conoció a los 13 años y siguieron siendo compañeros hasta la actualidad. Pero una charla con Jason acerca del hijo de Superman le había ayudado a aclarar sus sentimientos y dudas.

¡Todo era culpa de Jason!, si el idiota ese no le hubiera ayudado a aclarar sus sentimientos, seguiría siendo feliz e ignorante acerca de sus sentimientos. Suspiro pasando sus manos por su cabellera negra, listo para salir a su misión, esperaba que esos estúpidos sentimientos no intervinieran entre el menor y él.

Jon y él estaban haciendo un seguimiento a un grupo de delincuentes, estaban mirando uno de sus almacenes y los materiales que iban dejando, hasta ahora nada se veía peligroso, pero no había que confiarse, esperarían ambos a ver qué era lo que planeaban para detenerlos y confiscar cualquier arma o intento de ella que tuvieran en su posesión.

Damián empezó a morderse los labios un tanto nervioso por el ambiente que se estaba llevando entre su compañero y él, normalmente Jon empezaría algún tipo de conversación para hacer hablar al hijo del caballero de la noche para que la misión y la noche no se les hiciera tan larga a ambos, empezaría siendo algo de temas serios e importantes pero Jon empezaría a hacer la charla más tonta, mencionando temas externos como comida y juegos, y anterior mente Damián hubiera vuelto a la conversación inicial pero con sus sentimientos confundidos descubrió que disfrutaba más complaciendo al menor siguiéndole el ritmo de la conversación cual deseaba tener y llevar con él.

Sin embargo, esta misión tenía un tanto incomodo silencio que les rodeaba. Y esto a Damián le inquieto, preguntándose: ¿Por qué Jon no estaba tratando de entablar una conversación?, era inusual en el joven que permaneciera quieto y en silencio, Damián decidió dejar sus pensamientos de lado y desvió su mirada jade del almacén para concentrarse en ver a Jon, quedando sorprendido. Jon estaba mirando a Damián sus ojos parecían vidriosos y su boca ligeramente abierta, parecía que estaba soñando despierto con lo relajado que estaba su cara ¿Acaso estaba escuchando su corazón?

. - Jon.- Lo llamo Damián.

Abruptamente, Jon salió de su aturdimiento y se giró, colocando su rostro en el hueco de su brazo. - ¿Si? -

Damián trago en seco, no estaba acostumbrado en ver a Jon tan tranquilo, con un rubor evidente en su cuello, termino haciendo que el nieto del demonio también lo hiciera en respuesta. No estaba seguro porque, (mentira, eran aquellos sentimientos que quería seguir ocultando), pero el ver a Jon relajado y su cuerpo de cierta forma siendo honesta le hacía latir el corazón con sobresalto, pero enseguida lo calmo haciendo uso de años de entrenamiento en la liga, sin embargo, noto como Jon se levantó de la cuerva de su codo y volvió a mirar en dirección a Damián ambos terminado haciendo contacto visual, ambos muchachos se sonrojaron fuertemente, Jon más que el mayor. Después de un par de segundos de controlar su reacción física, Damián rompió el silencio con la una pregunta que se le venía en mente en ese mismo momento. - Jon, ¿Te encuentras bien? -

. - Si. - Murmuro el menor con su rostro en la dirección opuesta a la voz de Damián.

El mayor suspiro. - Si algo está mal contigo, infórmame Corn-cob. - Damián puso una mano sobre el hombro de Jon apretándolo ligeramente, mientras giraba su cuerpo quedando frente a frente con el de ojos azules. - No deseo que te pase nada malo. - Le admitió un tanto sonrojado desviando su vista. - Si te sientes tristes puedo darte mi ayuda, pero me niego a convertirme en algo que pueda abrazar la clase de pulpo humano que eres. -