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Suyo, yo era suyo. Ella me tuvo en sus manos y eligió destruirme.
Se repetía una y otra vez en su mente.
Estúpido Frank, ¿cómo la dejaste hacerte esto?
Y es que Anne no se enamoraba, ella era una rosa.

Ella, la rosa amarilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora