3

21 0 0
                                        

Transcurrieron las noches así, él su dueño y, en veces, su sumiso, ella su dueña y, en veces, su sumisa. Él se había enamorado por su piel y de tanta piel llegó a su corazón.

Ella, la rosa amarilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora