¡Un Trago! | One-Shot Staxxby

¡Un Trago!

-¡Amigo! ¡Un Martini! -Exclamó un muchacho sentándose en la barra.

-Preparándose -Respondió.

Él amaba su empleo, no era un alcohólico desenfrenado pero siempre le había fascinado el arte de hacer tragos, además aquel local no era nada tan descabellado como un antro, era un bar un poco más sofisticado aunque igual de pasional cuando se llena. No le pagaban nada mal y hacía lo que le gustaba ¿Qué mejor? Era feliz haciendo las bebidas que le pedían todos y creando sus propios tragos, conociendo personas y hablando con algunas que ya podía considerar amigos.

Le entregó su Martini al joven que se lo había pedido y él agradeció con un movimiento de cabeza. Levantó la vista y se fijó si había alguien para atender del que no se haya dado cuenta, al parecer no, cada quien que estaba sentado en la barra tenía su respectivo trago y no había nadie que esperara ser atendido. Tomó un paño y comenzó a deslizarlo sobre la superficie de la barra, la parte que más le gustaba a Frank era observar a las personas, ver como actuaban, como reaccionaban, lo que hacían. Había identificado tipos de personas ante el alcohol; algunos se volvían agresivos e irritables, mientras que en otros parecía un calmante, y lucían como muertos. Se podía decir que había aprendido mucho observando, había aprendido a bailar, a ligar, a platicar con un desconocido, a tratar con un ebrio e incluso a parar una pelea. Mientras retiraba los vasos que ya estaban vacíos llegó el grupo de amigos que siempre venían los fines de semana.

-¡Frank! ¿Qué tal compañero? -Exclamó Samuel alegremente.

-¡Chicos! Muy bien Samuel ¿Qué os serviréis hoy?

-Lo de siempre, mi amigo -Respondió con tranquilidad Rubén.

-Yo no, por ahora quiero una cerveza -Pidió Miguel.

-¡Hey Frank! -Lo llamó Guillermo- Por fin logramos convencer a Alex de venir -Dijo mientras acercaba por los hombros a un chico de poca altura con cara de desagrado.

-No digas que me convencisteis Guille, me sacasteis de mi apartamento y me obligasteis a venir -Reclamó.

-Así que tú eres el famoso Alex, me han hablado mucho de ti, bienvenido ¿Qué deseas servirte?

-¿Puede ser sólo una Coca-Cola? -Preguntó.

-Por supuesto que sí.

-¿Una Coca-Cola Alex? ¿Enserio? -Exclamó Rubén.

-Déjame, rubio teñido.

-Frank, sírvele algo fuerte -Exigió el rubio. Frank le asintió con la cabeza.

-¿¡Qué!? ¿Por qué?

-Disfruta Alex, sólo inténtalo -Pidió Miguel. Alex bufó.

Frank comenzó a preparar cada trago que le habían pedido, inició por la cerveza de Miguel y continuó con los whiskys de los demás, a excepción de Alex. Una vez ellos tuvieron sus tragos comenzaron a dirigirse, a la pista de baile. Alex se quedó en la barra con los brazos cruzados. Frank le preparo su trago y le dejó un espumeante vaso frente a él. El menor no dijo nada, sólo tomó el vaso y le dio un cuidadoso sorbo, dándose cuenta que era la gaseosa que había pedido en un principio.

-¿Es Coca-Cola? -Le preguntó sorprendido. Él no respondió, sólo guiñó un ojo con una sonrisa y continuó con lo suyo.

Alex dejó escapar una sonrisa y volvió a darle un sorbo a su bebida. Volteó para ubicar a sus amigos, no tardó en encontrarlos a cada uno bailando con una chica distinta. No tenía ganas de salir a bailar, nunca había sido de ir de juerga por ahí, era de los que en una fiesta se la pasaba en el móvil, por eso nunca había querido salir con los chicos. Ellos solían ir a ese bar constantemente, les gustaba disfrutar de un buen trago y ligar mucho, se habían hecho amigos de Frank, lo que no era difícil, él era bastante simpático y agradable, y a veces lo invitaban a salir cuando tenía algún día libre, o lo contrataban para sus fiestas como el barman que era. Ésta vez habían llegado al apartamento de Alex dispuestos a arrancarlo de su zona de confort y llevarlo al bar, Alex obviamente intentó resistirse, pero ahí yacía, sentado en la barra de un bar mirando a sus amigos, más aburrido que el vigía del Titanic. Cuando se dio cuenta de que su vaso ya estaba vacío se volvió a voltear hacia la barra y dejó el vaso sobre esta.