Capitulo 3

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-¿Estaba desnudo o no lo estaba?

-Lo estaba de cintura para arriba y del muslo para abajo. No sé lo que había debajo de la sábana.

-Pero querías averiguarlo, ¿verdad?

-¡No! -Alison soltó una risita-. No. La única vez que me besó casi me desmayé. Si lo viera desnudo, seguro que me daría un ataque.

-Hace seis años de ese beso -murmuró Lisa-. ¿No crees que es hora de revivir la experiencia? ¿Por qué recrear un recuerdo viejo cuando puedes tener lo de verdad?

-No puedo besarlo.

Lisa apoyó la barbilla en la mano.

-¿Por qué? Dale un beso en los labios y espera a ver qué hace él. Si todo esto es pura actuación, no te devolverá el beso. Y si no lo es, tendremos algo nuevo y emocionante de lo que hablar.

Alison se limpió las manos en el delantal.

-No creo que ni June Cleaver ni mi madre aprobaran un comportamiento tan directo.

Lisa levantó los ojos al techo.

-Me rindo. No voy a intentar comprender esta relación de locos que tienes con Harry. Pero quiero que sepas que, si esto te sale bien, seré la persona más feliz del mundo. Y si no, te prestaré mi hombro para llorar -se levantó y tomó las llaves de la camioneta-. Pero ahora tengo que ir a recoger esas luces de camino a casa. ¿Cómo vas a ir a trabajar mañana?

-Si te llevas la camioneta, tendrás que recogerme. Ven temprano para que pueda...

-¿Evitar compartir el baño con Harry?

-No, para que podamos pasar por la oficina antes de ir al trabajo.

-No podrás evitarlo eternamente.

-Estoy decidida a hacerlo siempre que pueda, sobre todo cuando tengo la cara hinchada de sueño y el pelo revuelto. Tengo mi orgullo, ¿sabes?

Lisa enarcó las cejas.

-Yo diría que te interesaría estar tan fea como sea posible. ¿No quieres espantarlo?

-Vete a buscar las luces -dijo Alison, sabedora de que, si seguía hablando con Lisa, acabaría por confesar la verdad sobre sus sentimientos, que eran más intensos de lo que quería admitir.

Volvió al hígado que seguía en el fuego. Cuando levantó la tapa, el olor se extendió de nuevo por la estancia y sintió náuseas. Odiaba el hígado, pero valdría la pena sacrificarse con tal de ver la cara de Harry cuando empezara a cortarlo.

Sintió un empujoncito en la pierna y miró a Thurgood, que se había sentado al lado de la vitrocerámica.

-¿Quieres probarlo?

El animal movió la cola y ladró con suavidad. Alison sacó un trozo pequeño de la sartén y lo colocó en un plato en el suelo. El perro lo olió y la miró como si lo hubiera insultado. Se alejó para instalarse delante de la puerta.

-Bueno, si el perro no lo come, supongo que ya está hecho.

Harry abrió la puerta de atrás y se quitó el abrigo al tiempo que entraba. Se oía música suave y Thurgood corrió a su encuentro y frotó el hocico en la mano de su amo, que se inclinó a acariciarlo detrás de las orejas.

-Hola, viejo. ¿Qué has hecho todo el día?

Se enderezó y vio a Alison en la cocina. Le bastó con verla para olvidar todos los problemas del día. Tenía una velada entera por delante y comprendió de pronto una de las mayores ventajas del matrimonio: un lugar cómodo y feliz al que acudir al final del día.

'Legalmente Suya' H.S (Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora