No es complicado

CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 2

NOORA

Ya estoy en Los Ángeles, mi padre ya llegó hace unas semanas para terminar unas cosas de la nueva casa, que por cierto no sé como es.

- Noa hija ¿quieres ver tu cuarto?

- Si no hay mas remedio

- Noa por favor esto es importante para nosotros me dijiste que ibas a intentarlo.

- De acuerdo pero si no me gusta me dejáis acabar el instituto en Nueva York con la tía Daisy.

- Eso ya lo veremos...

La entrada es impresionante como unas escaleras sacadas de un libro, cuando entro me quedo con la boca abierta, es IMPRESIONANTE, la cocina es enorme, podré cocinar todo lo que quiera, el salón es dos veces el salón de Nueva York, a la derecha hay unas escaleras. Cuando estoy arriba veo muchas puertas cerradas, pero hay una al final del pasillo con mi nombre.

- Dios.... – es gigantesca está decorada con algunos de mis artistas favoritas, las paredes son de un morado ligero, el escritorio es de cristal y las vistas.... Que vistas.

- ¿Te gusta cariño? – dice mi madre.

- ¿Enserio esta es mi habitación?

- Sí

- Mamá es preciosa, muchas gracias - me acerco a ella y la doy un largo abrazo

- Hija yo sé que el cambio es duro y más a tu edad y siento mucho que te hayas tenido que separar de tus compañeros.

- Tranquila mamá, seguro que esto no es tan malo

- ¿Cómo están mis chicas favoritas?

- Papaaaa - cuando lo veo corro hacia él y le abrazo.

- Sí que me has echado de menos.

- Siempre.

- Hola David - mi madre se acerca a mi padre y le da un beso y un abrazo.

- Hola cariño.

- Exceso de amor para mis ojos.

- Anda deshaz tu maleta y cuando acabes baja que vamos a ir a cenar a un restaurante

- Valee - cuando digo esto mis padres se retiran abrazados, a veces me pregunto como pueden seguir juntos después de tantos años.

Me pongo música y empiezo a ordenar la que será ahora mi nueva habitación.

Cuando acabo son ya las ocho de la tarde, cuando bajo veo que no hay nadie en casa pero si una nota

Hija estamos en la casa de los Muller, la casa está al final de la calle, cuando acabes ve hacia allí.

Esa es la casa de Abby, llevo sin verla casi dos años aunque nos mantenemos en contacto ya no es lo mismo.

Subo a mi habitación y me pongo unos pantalones largos anchos azules, una camiseta blanca con rayas azules y rojas y mis preciadas Stan Smith.

Salgo a la calle, me pongo los cascos y enciendo el móvil, estoy hablando con mi amiga Tanya cuando me choco con alguien.

- Joder lo siento – digo sin mirar arriba.

- Tranquila muñeca, todo el mundo se quiere chocar conmigo, eres una privilegiada

- Eres un egocéntrico – le contesto al tiempo que miro hacia arriba. Madre mía, le miró de arriba abajo, es alto, con muy buen cuerpo y moreno de ojos grises.

- Ya por eso me has mirado de arriba abajo ¿no?

- No seas creído.

- Lo que tu digas muñeca ¿eres nueva no?

- Que listo, sabes diferenciar entre personas que no conoces y que conoces.

- Sí, definitivamente eres nueva.

- Bueno me ha encantado hablar contigo pero me tengo que ir.

- Qué pena, adiós muñeca.

- Adiós creído

Me había dado la vuelta cuando le oigo decir:

- Oye ¿como te llamas?

- No lo recuerdo - me alejo y le escucho reírse.

Cuando llego a la casa llamo al timbre y me abre la señora Muller.

- Noa querida cuanto tiempo

- Hola jessica ¿Qué tal está?

- Cariño no soy tan vieja y además tenemos confianza.

- Es verdad lo siento Jessica – la miro fijamente y al segundo las dos empezamos a reírnos.

- Cada vez nos sale mejor – la digo mientras nos abrazamos.

- Oye me voy a poner celosa – oigo una voz a lo lejos.

- Abbyyy – grito y en cuanto la veo corro hacia ella.

- Noa te he echado muchísimo de menos

- Te tengo que contar muchas cosas

- Chicas eso puede esperar yo también quiero mi abrazo - es Liam el hermano mayor de mi amiga.

- Liam te he echado mucho de menos - es cómo mi hermano mayor, le quiero muchísimo.

- Yo también enana.

- Hola Noa – Es Rob el padre de Abby y Liam.

- Hola Rob.

- Bueno ¿preparados?

- Sí que estoy hambrienta.

- Tú siempre tienes hambre.

- Cállate Liam.