No sabes amar

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El centro se veía especialmente abarrotado de personas, Seokjin podía entenderlo porque estaba en una fecha bastante ocupada y llena de conflictos para todo aquel que tuviese hijos o quisiese llegara casa con su familia; sería su caso si no fuese porque sus padres se habían ido a un crucero que Taehyung ayudó a pagar para ellos en ese último año en el que él estuvo ausente.

Se sentía un poco incompetente, pero orgulloso al mismo tiempo porque su hermanito era todo un hombre. Bueno, ya era hora de serlo con veintiséis años, pero para Jin siempre sería su pequeño Hyung revoltoso.

Y ahora mismo ese desconsierado estaba en casa de su novia en Gijang-gu.

Su primera opción había sido descartada desde que no le respondió un solo mensaje desde que salió del servicio y él lo supo interpretar. Dos años era mucho tiempo para estar solo, esperando por un hombre mayor que quizás no sea lo mismo que cuando iniciaron.

Sin embargo no era para tanto, sus veintinueve no se reflejaban en sus rasgos, la piel se mantenía como cuando se marchó sólo que un poco más tostada pero no canela sino algo dorada, sus dedos estaban un poco ásperos, pero como apremio a su voluntariado tenía mucha más musculatura de la que habría esperado. Sus brazos estaban notoriamente más firmes y gruesos, mientras que su cintura se mantuvo en su sitio, podría jurar que incluso perdió algunos kilos, las mientras se veían más fuertes, y su expresión había comenzado a ponerse rígida en el ejercito por la falta de cordialidad y tacto de algunos sunbae, pero eso no cambiaba el echo de que su propia expresión rejuvenecía cuando una sonrisa partía su rostro.

sonrisa que no ha usado desde que salió del ejercito, sino para sus amigos que lo fueron a buscar clandestinamente.

Todo por haberse en-listado con Seungsoo, el hermano mayor de Kyungsoo, quien dio aviso al menor (amigo de Jin) para que vallase por él, cuando éste le comentó que no tenía oportunidad de ser recibido por nadie.

"No creíste que nadie vendría a felicitar tu duro esfuerzo ¿Verdad?"

Namjoon, ese bastardo hijo de perra ahora tenía de la mano a un chico pálido de muy poco amigos, quien lo soltó cuando las personas se disiparon un poco y sus manos unidas eran un estorbo para la sociedad y para el mismo muchacho pelinegro, aparentemente, que golpeó un costado del alto cuando trató de sujetar su manos nuevamente.

De esto habían pasado ya dos semanas y algo más, diecisiete días en los cuales Jungkook no respondió a uno solo de sus mensajes y él supo entender la indirecta de lo que esto quería decir, por ende no insistió demasiado, más si se tomó la libertad de abatirse y sentirse abandonado, absolutamente solo y desdichado.

Si era completamente sincero, Jin podía asegurar con toda convicción y sin una pizca de vergüenza que no hubo día en el cual no pensara en su niño, rogando que no se acabara su cariño, porque Seokjin era realista y Jungkook era joven y coqueto por naturaleza; no decía que era un ligón de tercera, pero sí del tipo de persona que se llevaba las miradas a primera vista del sexo opuesto, y ahora que lo piensa, Jungkook jamás le dijo que era irremediablemente homosexual como él, o que nunca antes tuvo una pareja femenina en el pasado.

Y como si el karma tuviese cuentas que saldar con, por allá encontró una cabellera azabache con ligeros rizos, que de no ser por las perforaciones, por el pircing que llevaba en la parte inferior, ese que Jin recuerda del cumpleaños de su amante, diría que no es el mismo.

Los años le habían sentado de maravilla, y la madurez rebosaba de su semblante que ya no era aniñado, pero todavía tenía un deje de inocencia en él; pero Seokjin lo reconocería donde fuera si le miraba con ese océano sincero que se cargaba. Si le miraba justo como estaba mirando a la chica que pasó una mano cómodamente por su hombro, tocándolo entre juegos y risas, como si ahora le perteneciera, como si no hubiese sido antes de Seokjin.

Get away! [JinKook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora