El Tiro desde la Altura:
Es bien sabido que disparar desde la altura es todo un desafío, no sólo por la precariedad de la situación misma, sino que por todos los factores que influyen en permitir un tiro certero.
Se requiere mucha práctica en este tipo de tiro para sentirse confiado en las propias capacidades como arquero y también entender las variables que se pueden producir.
Si no se tiene un telémetro o la precaución de haber medido la distancia existente entre ciertos parámetros y el apostadero, nuestros tiros serán altos. Conviene, por tanto, saber que determinado árbol, tronco o piedra, están a una distancia conocida para elegir adecuadamente el punto de mira preciso. Así que, el primer factor desvirtuarte es el tender a pensar que el animal está más lejos que lo real.
El segundo factor que puede afectar nuestro tiro es el hecho que desde lo alto, el ruido del disparo advierte al ciervo sobre el disparo con mayor facilidad que cuando disparamos horizontalmente. La no existencia de obstáculos que amortigüen el ruido determina este fenómeno. Es increíble ver que muchos de los tiros desde lo alto, tienden a quedar altos porque el ciervo se agacha al sentir el ruido de la cuerda. Este fenómeno se puede ver con toda claridad en los numerosos videos de este tipo de cacería. El tercer factor que desvirtúa nuestro tiro es el de la fuerza de gravedad. Al disparar hacia abajo, la flecha describe un vuelo recto y no parabólico por lo que tiende a impactar más arriba de donde apuntamos.
El cuarto factor está determinado por la postura que se asume al disparar. Si no nos arqueamos a nivel de la cintura, sobre todo en los tiros muy agudos, es decir, hacia abajo, alteraremos la línea de equilibrio del cuerpo y el eje brazo hombro brazo, y tenderemos a tensar más de lo debido y rozando la ropa con la cuerda.
Por los tres primeros factores, es que se recomienda, entonces, apuntar algo más abajo del área escogida para asegurar el tiro y para el punto cuatro así como para los otros, practicar el tiro de altura regularmente. Cuando una analiza el movimiento compensatorio que realiza la mira pendular al inclinación hacia abajo el arco se da cuenta que desciende el punto de mira. Es decir, compensa el problema del vuelo descendente.