La Importancia de un buen Rastro:
Más de alguna vez nos veremos enfrentados a la poca grata situación de intentar localizar a nuestra presa tras un tiro incierto o que origine muy poco sangramiento. Si a eso le sumamos un terreno difícil o lo avanzado de la hora, de seguro nos volveremos con las manos vacías y con serias dudas respecto a si la encontraremos al día siguiente. El buen rastro va asociado a un buen sangramiento que es aquél que deja evidencias visibles de la presencia de nuestra presa en el bosque.
Es por esto que nuestro tiro debe posicionar la flecha en la zona adecuada para, al menos, dejar huellas de sangre que podamos seguir. Así se entiende esa premisa para el cazador arquero de ojalá comprometer los dos pulmones en su tiro, lo que asegura una muerte rápida y un rastro evidente.
Pero puede que la flecha impacte en hígado, órgano que también dará una hemorragia abundante o en corazón, que otorga muerte rápida y una corta carrera con sangre visible por si el animal se introduce en bosque y,aunque, echado en tierra, permanezca oculto a nuestros ojos.
En ese sentido, cuidémonos de tiros rezagados o muy anteriores que si bien pueden matar, lo más probable es que prolonguen la agonía del animal y origen sangramientos internos, con un muy exiguo rastro.
Evitemos dar en plena paleta que, según cómo este parado el animal
puede tapar el corazón o hacernos pegar adelante, es decir fuera del área pulmonar. No nos concentremos tanto en el codillo sino más bien en el tórax, para obtener lesión de ambos pulmones. La espuma junto con la sangre nos señalará el compromiso pulmonar doble y nos asegurará una carrera corta con un muy buen sangramiento.
La Tomada de la Cuerda en el Arco Tradicional:
Ciertamente, no da lo mismo tomar la cuerda con la técnica mediterránea (un dedo arriba y dos abajo) o con los tres dedos por debajo de la cuerda (apache-comanche) y no es lo mismo porque si el arco no está construido para ser abierto con una determinada forma, una de las dos palas se afectará más que la otra. Por eso, cuando uno pide un arco especialmente construido, debe especificar como tomará la cuerda para que el constructor compense la pala inferior en su mayor o menor flexión. Si yo pido un arco para toma apache, el artesano deberá hacer las correcciones pertinentes para que la pala inferior no se curve más que la superior. De no hacerse eso, no lograremos precisión en el disparo.
Eso por un lado.
Cuando se habla de tiro "instintivo", sea este efectuado con arco tradicional o compuesto desprovisto de mira y tensado con la mano, se está hablando de aquél tiro que resulta de una tomada mediterránea en que el culatín de la flecha ancla en la comisura labial colocado la flecha en línea con el brazo que toma el arco y el codo del brazo que jala, siendo la unión ojo brazo la que comanda el automatismo de esa modalidad de tiro. Para los que tomamos la cuerda con tres dedos bajo el culatín, el punto de anclaje debiera ser más alto, actuando la flecha como nuestra mira, dejando de ser instintivo nuestro tiro. Al menos esta es la opinión de Fred Asbell el precursor del tiro instintivo.
En todo caso, con las dos modalidades se puede ser preciso si se practica con frecuencia e intensidad.
La misma práctica, en ambos estilos, nos convierte en tiradores automáticos porque, de una u otra forma, estamos usando alguna referencia para dar en el blanco. Es conveniente que nuestro arco de aprendizaje sea de poco libraje hasta lograr precisión y un adecuado automatismo. El arco demasiado potente, cuando es el primero, muchas veces dificulta esa precisión y frustra al arquero.