H.H.Holmes

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Historia de la vida real de un asesino en serie


  Diseñó un hotel que era un laberinto del cual sus víctimas no podían escapar. Reconoció 27 crímenes, pero le contabilizaron 200. La misteriosa "ciudad" paraguaya donde habría pasado el resto de su vida  


Herman Webster Mudgett se cambió el nombre. Prefirió llamarse y ser conocido como H. H. Holmes. El hotel que había construido, conocido como "el Castillo", aparentaba ser el lugar elegido por los turistas para pasar sus días durante la Exposición Universal de Chicago de 1893. Pero algo comenzó a llamar la atención de los vecinos: la mayoría de las mujeres que ingresaban no salían.

Holmes las invitaba prometiéndoles trabajo y prosperidad. Fueron años de engaños en los que sus "huéspedes" ingresaban allí y se perdían en lo que en verdad era el lugar: un sinfín de habitaciones -unas 100- conectadas entre sí, laberínticas y de las cuales era casi imposible escapar. Puertas secretas, mirillas para espiar cada rincón y escaleras que no conducían a ningún lado. En varios de esos cuartos, el asesino había diseñado un sistema de cámaras de gas para adormercer y matar a sus víctimas.

Un plano de "El Castillo de los asesinatos", en Chicago, en el cual Holmes mataba y hacía desaparecer los rastros de sus víctimas. Reconoció el crimen de 27 personas, la mayoría, mujeres

"Un laberinto de horror", se lo llamó. Pasaría a la historia, sin embargo, por una descripción más clara: "El Castillo de los asesinatos". Su sótano, tal como relataron las crónicas de aquella época, estaba equipada con una mesa de disección y hasta con un crematorio. A algunos los convertía en cenizas, a otros los disolvía en ácido. Holmes no dejaba rastro de sus crímenes. Incluso, vendía el esqueleto de algunos de ellos a escuelas de medicina.

Holmes fue sentenciado a la horca. Las versiones indican que logró escapar con la complicidad de sus guardias. Ahora exhumarán su cuerpo para determinar que los restos que se hallan en su supuesta tumba correspondan con su ADN

Cuando finalmente las autoridades lograron que se sentara frente a una corte, el asesino más tenebroso de Chicago admitió ser el responsable de la muerte de 27 víctimas. Sin embargo, se calcula que sus crímenes ascendieron a 200. "Nací con el diablo dentro mío", indicó en su confesión. Lo sentenciaron a muerte.

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