Capítulo 34. Alessia

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necesidad; [sust.] Carencia o escasez de lo imprescindible para vivir.

] Carencia o escasez de lo imprescindible para vivir

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La vida es maravillosa

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La vida es maravillosa.

No puedo negarlo, la última semana ha estado plagada de razones por las que sonreír. Debo admitir que Tommy no está del todo contento pero, por lo menos, se esfuerza por permanecer tranquilo para que no pueda estar tan preocupada por él. Ha demostrado una vez más que aquel chico que conocí de pequeña se ha convertido en el hombre leal y bondadoso que conozco ahora.

Por otra parte, Logan se muestra cada día como una mejor versión de sí mismo. No es que hayamos hecho un enorme cambio pero algo diferente sí que es. Ahora me sostiene de la mano cuando caminamos, posa la mano en mi espalda cuando no conseguimos ir los dos juntos en el mismo pasillo y me da esos besos en la cabeza que me hacen sentir mágica.

Eso por no hablar de cuando nos besamos realmente.

Sacudo la cabeza sacando las llaves de casa del bolsillo trasero del pantalón. La sonrisa que mis labios esbozan es imposible de hacer desaparecer. Otro de los motivos por los que sé que estoy cambiando, comienzo a ver la vida como la debería haber visto siempre.

Sin prejuicios que me importen, obligación que me retengan ni esperanzas a realizar algo que no deseo conseguir. Ahora mismo incluso podría decirles a mis padres que he cortado con Tommy, que salga por mi boca en lugar de por la de un vecino chismoso.

Aunque es complicado que no lo sepan ya, esas miradas furtivas en mi dirección todas las mañanas desde aquel día y esas pequeñas pero minuciosas preguntas dirigidas a mí. Me retorcía en mi asiento esperando que no vieran la incomodidad que me invadía cada vez que algo como eso salía a la luz.

Suelto un suspiro cargado de sentimientos, una opresión comienza a invadir mi garganta. Un poco de saliva consigue disipar parte de esa sensación que continúa latente por más cosas que haga. Logro de una vez por todas poner la llave en el cerrojo de la puerta y abrirla. Las manos me tiemblan al reconocer que voy a tener que confesarlo si quiero seguir estando viva.

Mis oídos captan el sonido de las llantas de un coche largándose y recuerdo que era Logan el que se había prestado a llevarme hasta casa. Sonrío pensando en que se ha quedado esperando a que entre a casa para que él consiguiera largarse.

¡Déjame ayudarte! (U.D.S#3) (#PGP2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora