.Quinto capítulo -.Good enough.-

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Frase del día: Vine atraída por un sueño a este lugar, y el sueño ahora ya se desvaneció.

Cap.

Me desperté con unos pitidos muy molestos, ¡Haz que parre! Intente decir, pero mi boca no se habría, esta vez intente abrir mis ojos pero tampoco pude hacerlo, por el sonido y olor pude entender que estaba en una habitación del hospital, además podía sentir una luz bastante fuerte y molesta atravesando mis parpados.

Después de un rato percibí la presencia de alguien en mi habitación, pero sabía que no era humana. Esta me agarro la mano y al hacerlo sentí un escalofrió recorrerme por todo el cuerpo el mismo escalofrió que sentí al subirme al autobús escolar, el mismo en clases y el que sentí en el baño, sabía que era "él" intente abrir mis ojos otra vez y al fallar nuevamente solté un gruñido. Al hacerlo, el soltó mi mano y sentía que se iba 'no, por favor' intente decir, pero mi boca de se movió. Al escuchar que abría la puerta mi pecho se enogio –No, te vayas- por fin pude decir.

Sentí como se acercaba, -¿Quién eres?- le pregunte cuando se sentó al filo de la cama. No obtuve respuesta. -¿Cómo te llamas? – le cuestione esta vez. Pero como al igual que antes, el permaneció en silencio. Iba a dejarle un par de cosas claras cuando la enfermera entro.

-Hola, soy la enfermera Lory, he escuchado que estabas hablando ¿Puedes abrir los ojos por mí, por favor?- Dijo con un tono un poco dulce. Asentí con la cabeza e intente abrir los ojos, al hacerlo tuve que pestañear seguidamente para acostumbrarme a la luz. Una vez acostumbrada mire la habitación en la que estaba. -¿Qué ha pasado?- le pregunte a la enfermera de mediana edad con ojos azules, pelo castaño con notorias canas y una figura bastante robusta.- ¿Cómo llegue aquí?-añadí

-Te encontraron en un callejón inconsciente, tienes suerte que un aciano se le escapo el perro por ahí y al ir a recogerlo te encontró ahí.- dijo mirándome con lastima- te podría haber pasado algo muy grabe si ese hombre no te hubiese encontrado, tuviste mucha suerte –

-Sí, suerte.- le dije con mi voz ronca. –Me puedes dar un poco de agua, por favor. – le mencione a la enfermera.

-Claro que si cariño, ahora mismo, aunque tengo que avisarte que aunque sea agua te dolerá, tienes el cuello lleno de cardenales.- dijo mientras me pasaba el vaso de agua con una pajita.

-Gracias- le dije en un susurro.-Por cierto, ¿Con quién hablabas antes?- me dijo curiosa- Con nadie en particular, solo era para que supierais que estaba despierta. - Mentí rápidamente.

-Voy a traer al doctor para que te hecho un vistazo, ahora vuelvo.-Dijo con una sonrisa.

-Claro- le respondí.

Al ver que se fue cerrando la puerta tras de ella, empecé a mirar por la habitación- ¿Dónde estás?- le dije.- ¿Por qué te escondes? No tengas miedo.

- ¿Miedo?- Dijo una voz tras de mí.

-¿Quién eres, y porque llevas siguiéndome todo el día?- dije mientras me giraba para mirarlo, pero él no estaba ahí. ¿Por qué te escondes, tan feo eres?- dije con burla en mi voz. Lo que hizo que él se riera. Oh dios, su risa es hermosa.

–Tú y yo sabemos que no tengo nada de feo- dijo el muchacho aun escondido.

-¿Muy creído no crees? Sabes en clases no llevaba gafas, así que seguramente si lo eres.- Él se rio con más fuerza. -¿Cómo te llamas, quién eres?- le dije mientras me volvía a sentar en la cama y me miraba las manos nerviosamente.

Sentí una presión al final de la cama, levante un poco la vista y pude ver sus pierdas, que por lo cierto estaba muy bien trabajas, llevaba puesto unos jeans negros con roturas en las rodillas, me dirigí la mirada hacia su regazo y sus manos están reposando cuando me fije que tenía los nudillos un poco morados y con pequeñas heridas. Se me encogió el corazón al ver su mana.

Suficientemente buena/Good EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora