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   Desde ese día, no volví a mirarla como antes. Tampoco volvieron a hacer cruasanes y no volví a pedir otra cosa que un capuccino. Ahora mis sábados no tenían el mismo sabor.

No dejé de mirarla por culpa de los cruasanes, no soy tan rara. Pero ya no me parecía tan divertido mirarla y desearla mientras ella solo se sentiría ofendida. Lo que no imaginé era que ella notaría el cambio, y menos que lo tomaría así.

Estaba concentrada en mis apuntes en la pantalla de mi computadora cuando sentí una presencia a mi lado. Alcé la mirada y me encontré con esos ojos cafés.

__ M..Me prestas un lápiz? El mío se rompió... Por favor.

__ No tengo, lo siento. Solo uso mi compu.

__ Mmm...

Se dio media vuelta para irse pero volvió a mirarme de repente.

__ Hace un tiempo que estás rara, solo espero que no estés preparando nada. __ dijo de nuevo con su tono de desprecio y desconfianza.

__ Gracias por preocuparte, __ respondí con ironía__ lo único que estoy preparando son los exámenes de la universidad.

__ No me refería a esto. De todas formas, sigue manteniendo las distancias conmigo.

__ Va a ser difícil si sigues buscando pretextos para acercarte. __ dije sonriendo. Ella bufó y volvió a su mesa.

***

  Dos semanas después, llegué al café a la misma hora y me senté, esperando al padre de Camila. Sin embargo, después de unos minutos, fue Camila que se acercó a mí con el traje rojo de mesera del café y un anotador en las manos. Me miró con el ceño ligeramente fruncido como siempre.

__ Hola. __ dijo seca.

__ Disculpa, si tienes algo que reclamarme hoy, preferiría comer antes. __ dije en un tono burlón.

__ Me imagino que te divierte verme tener que hacer esto hoy... __ suspiró. __ Bueno ya, que no vas a pedir nada? Si es así, tengo que informarte que no puede quedarse aquí sin comprar nada.

__ Claro que voy a pedir algo. Simplemente estoy esperando al dueño.

__ Mi padre no ha podido venir hoy y me pidió que lo reemplazara. Sería tan amable de decirme qué quiere comer hoy? __ preguntó sarcásticamente.

__ Claro. Dos capuchinos y un bollo.

__ No es mucho para una persona? __ alzó una ceja.

__ Estoy esperando a alguien.

Su mirada cambió y noté un poco de sorpresa y molestia en su cara. No dijo nada más y se fue a buscar lo que pedí.

__ Hola, Laur, siento haber llegado tarde, tuve que ayudar a Vero con algo. __ dijo Lucy cuando llegó.

Me saludó con un beso en la mejilla y se sentó frente a mí.

__ Entonces? Cómo nos organizamos?

  Empezamos a hablar de la presentación que tenemos que hacer para la universidad pero Camila no tardó en llegar e interrumpir. Llevaba una bandeja con los dos cafés y el bollo que pedí para Lucy.

__ Aquí está su pedido. __ Si antes de irse a buscar el desayuno, Camila parecía molesta, ahora no tenía dudas de que si lo estaba. Apenas nos miró y reflejaba frialdad pura.

__ Pedí un capuchino y un bollo para ti, sé que te gustan. __ le dije a Lucy.

__ Aww, gracias linda, tú si sabes lo que necesito.

Camila dejó con cuidado una taza de capuchino frente a mí y luego casi dejó caer la de Lucy al dejarla en la mesa con brusquedad.

__ Perdón, es mi primer y único día. __ se disculpó falsamente al ver el líquido caliente derramarse.

__ No te preocupes, a ti te lo perdono todo, hermosa. __ le respondió Lucy guiñandole un ojo, dejando a una Camila muy ruborizada. __ Si no tuviera novia te habría pedido compensarmelo de alguna manera.

La Chica del Café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora