Era una noche fría y oscura, no se podía ver por la densidad de la niebla y a lo lejos reflejaba la sombra de un extraño ser junto a Nina, Vicky le gritaba que corriera pero ella no se movía. Eso fue lo único que Vicky recordaba de su sueño.
Vicky pegó una salto de la cama, y se dio un gran golpe en la cabeza con el techo y por eso parte de su sueño, quedó en el olvido. Sus compañeras, Nina y Ana, aparecieron tras la puerta al escuchar el ruido.
-¡Que pasa aquí! Gritó Ana, de ojos castaños, pelo color café, alta y delgada.
-Creo que he tenido el sueño más raro de mi vida. Masculló Vicky, de ojos oscuros y de mediana estatura.
-Eso no es nada, solo son tonterías. Comentó Nina, de ojos verdes, pelo castaño ceniza y estatura media.
Al día siguiente ya
-¿Que te paso anoche? Pregunto Ana.
-Tonterías que ella se inventa para llamar la atención, Dijo Nina.
-¡NO ES VERDAD! Gritó Vicky .
-Si lo es.
-No comentes sobre lo que no sabes.
-¡VALE YA! Gritó Ana ¡PARECÉIS NIÑAS DE 3 AÑOS!
Nina se retiró a su cuarto y Vicky se quedó en un profundo silencio con la mirada cabizbaja.
No se volvieron a hablar en una semana.
A lo largo del tiempo se olvido todo y se volvieron a reconciliar como si no hubiese pasado nada, pero Vicky dudaba de Nina y la estuvo observando y espiando.
Descubrió que Nina se transformaba en un de los seres extraños para ser más fuerte y poder ser su jefa y planificar su sueño.
Se puso nerviosa al descubrir que no podía hacer nada contra ella por su gran poder.
Al anochecer Vicky tuvo el mismo sueño, pero en ese sueño en vez de gritarle que corriese a Nina, ella se esperó y vio como se trasformaba en el ser extraño que le bautizó con el nombre de Los Renegados.
Vicky se lanzó hacia Nina ya convertido en ese ser.
Vicky se levantó con un sudor frío...
Cuando se despertó Nina estaba a su lado observándola con una mirada pícara como si ella hubiese vivido el mismo sueño...
A LA MAÑANA SIGUIENTE
En el desayuno Nina y Vicky estaban distantes y Ana no tenía ni idea de lo que estaba pasando.
-Voy a ver a Carlos. Dijo Nina recogiendo su plato.
-Vale. Comentó Ana, que también recogía su plato.
Cuando Nina se fue Vicky le dijo Ana que fuera con ella que era urgente.
-Vale. Dijo Ana algo extrañada. Se fueron al cuarto de Vicky y allí hablaron y Vicky le dijo todo lo que sabía sobre Nina.
-¿Estas segura? Preguntó Ana.
-Si. Masculló Vicky.
A Ana le costó bastante asimilar lo que Vicky le acaba de decir, ella no entendía por qué Vicky pensaba eso de Nina, pues Nina parecía una buena persona.
-No me crees ¿verdad?.
-No, no te creo.
-Pues si no me crees, vamos a espiarla.
Cuando fueron a espiar a Nina, parecía como si Nina lo hubiera intuido, por que no hizo nada raro.
-Ves te dije que no era nada. Masculló enfadada Ana.
-Pero...
-Ni pero ni pera, me has hecho pasar la tarde espiando a Nina sin sentido, ¡Estoy harta de ti y tus historias tontas!
-¡Pero es verdad!, si no me crees ni tú en quien podré confiar
-En mi puedes confiar, pero no me cuentes historias irreales. Volvieron a casa en un silencio incómodo.