1

3K 118 88
                                    

El llanto bajo lo despertó en la madrugada. Se levantó como siempre y se acercó a la cuna, se inclinó para tomarlo entre sus brazos. Se sentó en la mecedora que estaba cerca de la ventana mirándolo con dulzura y se preparó para alimentarlo. Aunque eso era... Contemplando lo cerrado de aquella noche invernal se quedó meditando en lo extraño eran los caminos del destino. Quien hubiera pensado que en medio de aquella locura de caos, iba encontrar un lugar que ni en las más terribles de sus pesadillas llamaría hogar

FLASHBACK

La batalla estaba en su momento más álgido. Faltaba tan poco y todo por fin todo se acabaría, solo tenían que resistir un poco más. Había perdido la cuenta de cuantos hechizos había esquivado y cuantos lanzado. No se podía detener justo en ese momento, la misión que se le había encomendado ya estaba realizada, pero no bastaba, necesitaban más para asegurar su victoria. Escucho ruido al fondo del pasillo por lo que corrió hacia allá, pero al llegar, todo estaba desierto, no entendía, ya que alguien había pedido ayuda desde ahí. Iba girar cuando escucho alguien moverse detrás de él, pero no alcanzo a hacerlo a tiempo

Despertó desorientado. No sabía dónde estaba y el silencio que lo rodeaba no hacia otra cosa que ahondar ese sentimiento que se había instalado en su pecho. Terror. Esa era la palabra exacta. Terror, como aquel que había sentido toda su vida por todo. Ese mismo terror que sentía cada vez que veía a Hannah Abbott y no le permitía declararle sus verdaderos sentimientos. Intento calmarse haciendo acopio de todo su valor, y se concentró en lo que lo rodeaba, era una habitación lujosa, se notaba por su rico decorado y sus finas cortinas. A su mente vino la pelea en el colegio, después que decapito a Nagini, pero su mente era confusa. Gritos. Un brazo rodeando su cintura y una mano cubriendo su boca. Su espalda choco contra algo duro y todo dio vuelta mientras una voz que no alcanzo a identificar le susurro que se tranquilizara, que todo estará bien desde ese día

Volvió a inspeccionar el lugar donde estaba, cuando escucho que la puerta se abría. Instintivamente busco su varita pero se dio cuenta que estaba indefenso, lo cual solamente incrementó su terror. Un pequeño elfo entro por ella con una pila de ropa que acomodo en los cajones

- Buenas tardes, ama - dijo la criatura haciendo una venia - Winky sintió que la ama había despertado y le trajo algo para comer ¿Desea que Winky le traiga algo más?
- ¿Ama? - pregunto Neville atónito. ¿Acaso esa elfina era tan vieja que no alcanzaba a ver que él era un hombre? Y sobre todo, ¡él no tenía elfos domésticos para que lo llamasen amo o... ama!
- Acostúmbrate - dijo una voz conocida desde la puerta - desde hoy esa es tu posición dentro de esta casa
- ¡Malfoy! - dijo el Gryffindor con un hilo de voz
- Tranquila mamá - dijo este acercándose y sentándose a su lado mientras la elfina desaparecía - ya estás en casa
- ¿Qué estupidez estas diciendo? - susurro Neville con terror, mientras escuchaba pasos que se acercaban a toda prisa - ¿te volviste loco? - pregunto aunque la sonrisa que el rubio le devolvió fue respuesta más que suficiente
- El señor oscuro venció, Potter está muerto y si no quieres que tu abuela tenga el mismo final que tus padres, te sugiero que te adaptes a tu nueva realidad de inmediato o sino... - dijo Draco en un siseo bajo segundos antes que la puerta se abra - Padre - dijo en cuanto Lucius entro -, madre necesita descansar, es mejor que...
- ¡Mi amor! - dijo Lucius sentándose a su lado y tomando su mano para besarla suavemente - por fin despertaste - Neville iba a alejarse de mala manera pero la sonrisa maniática de Lucius y la mirada gélida de Draco opto por dejarse abrazar - ¡Estaba tan preocupado!
- Estoy bien Lucius - dijo el león con una sonrisa nerviosa
- Ven aquí - dijo el mayor abrazándolo contra su pecho -, que bueno que ya despertaste. No te preocupes por el bebé, saldremos adelante. Somos jóvenes. Dragón aun es pequeño. Podremos darle más hermanos - besándole el cabello
- Yo... - susurro Neville mirando de reojo a Draco que no le desprendía la mirada para nada - claro... querido - el rubio menor solo sonrió sutilmente y asintió - tenía miedo de que ya no me quisieras
- Nunca vuelvas a decir eso, Narcisa - dijo Lucius alejándolo de su pecho para mirarlo fijamente - yo jamás te voy a dejar de amar - los ojos de Neville se llenaron de lágrimas por el miedo que sentía
- Padre - dijo Draco atrayendo la atención de los otros dos -, madre debe descansar y yo aún no como
- Claro, dragón - dijo este poniéndose de pie - ¿tienes mucha hambre? - Neville atónito vio con este asiente haciendo un puchero de más de infantil - ven aquí cielo - Narcisa, siéntate - ordeno Lucius cargando a su hijo como si fuera un niño pequeño - tienes que alimentarlo
- Madre no recuerda como se hace - dijo el rubio pegándose al pecho de su padre -, dile lo que tiene que hacer
- Por supuesto - dijo el mayor - siéntate querida - lentamente y con su corazón latiéndole a mil Neville obedeció y Lucius coloco a Draco entre sus brazos - ahora te desprendes la bata - ordeno Lucius suavemente - déjame, te ayudo - dijo desabotonándole la camisa y acercando el rostro de su hijo a su pecho. El rubio empezó a lamer suavemente el derecho para luego succionarlo con desesperación mientras con la mano acaricia el pezón izquierdo - eso Draco, tranquilo que mamá no se va ir a ningún lado

MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora