Capítulo 16: Y Aquí Vamos De Nuevo...

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Estábamos leyendo el libro tranquilamente, mientras él leía en voz alta había apoyado mi cabeza sobre su hombro, él no se encontraba alarmado, todo lo contrario: estaba tranquilo.
- ¿Te gustó el libro? - preguntó cuando terminó.
- Sí. Yo ya me voy a dormir. - dije parándome.
- ¿Tan pronto? Quédate. - dijo indicando un lugar a su lado.
Me senté.
- ¿Qué quieres leer? - preguntó de golpe.
- Oh, no lo sé. Siempre elijes tú. - dije poniendome de pie.
Caminé hasta los estantes y busqué algún libro que me interezara hasta que mi vista se fijó en uno.

Romeo Y Julieta.

- ¿Qué te parece éste? - le pregunté a Will.
-  Claro. - dijo con media sonrisa.
Me volví a sentar a su lado, él hizo ademán de agarrar el libro pero antes que lo hiciera alejé mi mano.
- ¿Y si leo yo ésta vez?
Él asintió.
Comencé a leer en voz alta mientras que Will escuchaba atentamente.

NARRA WILL

Ella estaba leyendo, su voz era suave y melodiosa aunque en realidad no estaba prestando atención a lo que decía, solo la estaba observando. Cada vez que leía una parte romántica una sonrisa aparecía en rostro.

Una sonrisa que la hacía simplemente bonita.

Había leído varias veces Romeo Y Julieta tanto en vida como ahora en muerte, pero esta vez era única y diferente: Ann la estaba leyendo. Y eso lo hacía único.

Estaba consciente de que cada vez me enamoraba más de ella.

La obra de teatro "Romeo Y Julieta" tenía una gran similitud con el secreto de su familia, sólo que en el secreto, lamentablemente, una muerte no unió a ambas familias.
El vostezo de Ann me sacó de mis pensamientos.
- ¿Tienes sueño? Lunita. - le pregunté.
- No, claro que no. ¿Qué te hace creer eso? - respondió con sarcasmo.
- Oh no sé, ¿tu sarcasmo tal vez? - ¿Te vas a dormir?
- Sí.
- La acompañaré hasta su cuarto, my little moon. - dije burlón.
- ¿My little moon? ¿Y eso? - preguntó confundida.
- Bueno, cuando estaba vivo una amiga hizo una historia corta titulada "My Little Moon" la cual nadie jamás llegó a leer.
- ¿Por qué?
- Tenía una enfermedad que la llevó a la muerte  y nunca nos dijo dónde tenía esa historia corta.
- Oh. Lo siento yo no...
- No importa. - la interrumpí.
Caminamos por los pasillos hasta que entramos a su habitación.
Cerré lentamente la puerta para no hacer ruido, pues no quería despertar a sus padres.
Ann se sentó a su cama dispuesta a acostarse, pero no lo hizo.
- Will, ¿Podemos hablar?
- Sí, claro. ¿De qué?
- Sobre el secreto de mi familia.
Y aquí vamos de nuevo...

Enamorada De Un FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora