Prólogo.

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Prólogo.

Sus enérgicos pasos retumbaban sobre el frío y húmedo suelo, la muchacha estaba perdida en un bosque que parecía no tener salida.
Las hojas de los árboles estaban colocadas sobre el suelo, el otoño ya había hecho parte de su trabajo, un fuerte viento zarandeó a Airaia, haciendo que ésta se sobresalte.
Cuando se cansó de caminar, se acomodó apoyando su cuerpo en el fuerte tronco de un árbol, y desde allí, observó su reflejo a través de un charco.
Había cambiado mucho desde su huída: su corto cabello parecía más negro de lo normal, sus grandes ojos azules se encontraban apáticos, y sus labios rojizos estaban machacados de tanto morderselos por culpa de los nervios.

Cuando una pequeña gota de agua caída del cielo se posó sobre su frente, para luego deslizarse por sus mejillas hasta esconderse bajo su gruesa chaqueta, Airaia cerró los ojos, para esconderse de la cruda realidad en un profundo sueño.

Airaia, la niña del aire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora