Cuando Raz volvió a la sala principal se sentó frente a Ofen que estaba bebiendo jarras de cerveza como si fueran agua. Tenía mucha resistencia al alcohol, o al menos disimulaba muy bien su borrachera.
- ¿Qué es lo que quería el príncipe?
-Bah, lo de siempre. Que, aunque no debería haber ido fue un buen trabajo. -dijo Raz omitiendo deliberadamente que preguntó sobre Hermos. - También tengo una buena y una mala noticia.
¿Cuál quieres primero?
-Maldita sea. - dijo Ofen mientras se mordía el labio inferior pensando - las buenas primero.
-Las buenas son que tenemos un trabajo sobre demonios con una especie de plaga que convierte a las personas en demonios.
-Genial, mi primer trabajo de verdad- dijo mientras terminaba su jarra- Y las malas?
Una puerta se abrió silenciosamente en el lado opuesto del salón, por la que entró una figura ataviada en una túnica negra y con una ballesta atada a la espalda, la cual se acercaba lentamente a Ofen y a Raz que estaban sentados sin percatarse de su presencia.
-Nos acompañara Shidus.
- ¡¿Shidus?! ¿Ese idiota? No lo soporto. - exclamó Ofen poniéndose de pie- Hasta yo podría hacer mejores oleos que él.
La negra figura se acercó a Ofen y le colocó una mano enguantada en cuero en su hombro y lo sujetó con fuerza
-Que mierda es lo que decías insolente. -Dijo Shidus mientras apretaba más y más el hombro a Ofen.
-Shidus, que alegría verte. -Dijo Raz intentando alivianar la situación.
-Cierra ese ano que tienes por boca, basura. - le espetó Shidus con una mirada de desprecio.
-Tan amoroso como siempre. - comentó irónicamente Ofen mientras se liberaba del agarre del alquimista.
Shidus era alto, de cabello negro y largo que le llegaba hasta un poco más abajo de los hombros, tenía una corta barba y unas gafas, aunque irónicamente era buen tirador.
- ¿Porque tanta hostilidad? - preguntó Raz fingiendo interés.
-Porque no los soporto y lo tendré que intentar de forma forzada por unos días. - respondió Shidus con una falsa sonrisa.
-Yo tampoco soy tu mayor admirador, pero debemos escoltarte hasta esa ciudad, protegerte mientras reúnes las muestras y traerte de nuevo aquí vivo, aunque nadie dijo que tan vivo, asique te recomiendo que no te pases de listo. - le dijo Ofen con una sonrisa tapada por su dorada barba que brillabaanaranjada porlas lamparas y las antorchas.
La cara de Shidus se torcía en una mueca de odio mientras acercaba su mano a su cinturón. Apenas tocó un vial de un líquido negro y de aspecto espeso el estoque de Raz ubicó su punta justo en el espacio entre el esternón y la garganta del alquimista.
-Otro movimiento como ese y Critias deberá buscar a otro segundo al mando. - le amenazó Raz, su semblante había cambiado radicalmente de una sonrisa falsa a una expresión seria, concentrada y de anhelo, anhelo de que se atreviera a sacar ese vial.
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Red de tinieblas
Fantasyesta es una novela en la que estoy trabajando desde hace un tiempo, acepto sugerencias