Mientras caminaba recordaba mi último juramento, no volver a esa casa. Traté de no llamar la atención y salí en la noche. Sentía cómo mis pies se entumecían y hormigueaban cuando trataba de estirarlos. El frío húmedo y penetrante, despertaban el asma que por años mantuve controlado. Por suerte nunca fui confiado y llevo siempre ese aparatejo en mi bolsillo derecho de la camisa. Mi intento de no hacer ruido parecía intencionalmente frustrado por la naturaleza. Las hojas de los árboles me acusaban con su chirrido crujiente. ¿Será posible che?. Los perros me ladraban, seguramente mi andar sospechoso los ponía en alerta. Cómo no hacerlo? Si yo fuese quien me viera, ya estaría llamando a la policía. Llegué. Pero la casa no estaba tal cómo la vi hace un mes! Estaba un poquito más restaurada. Sospecho que alguien se interesó en la casa. Algún nuevo vecino, quizás. La luz encendida a media baja. Casi penumbras, me invitó a volver por donde vine. Confirmando que era evidentemente que la casa ya tenía nuevo dueño. Pero un ruido extraño como un pedido de auxilio apagado, me obligó a observar por la ventana. Mis ojos no creían lo que veían. Mi cuerpo dejó de responderme, ya no sentí frío, más bien , sentí un calor tibio que me extasiaba. Mágicamente logré entrar a la casa sin ser visto, pero oí unos pasos y me escondí. Un hombre bajito, pero de hombros anchos entró al cuarto. La cama extraña aún seguía allí. Abrió la puerta de un armario y sacó de allí mismo a la responsable del pedido de auxilio. Mi cuerpo volvió a temblar pero sin control esta vez.
_Vamos pendeja, sentate ahí y empezá a cantar. _Decia el hombre mientras la forzaba a sentarse. La chica todavía tenia una mirada desafiante, Increíble. No entendí jamás como puede alguien en esa situación hacerse el valiente.
_Ya te dije que nose nada.
_ Te vieron piba. ¿Estabas con tu jefe?. ¿Donde está?
_¿Que jefe?
_ No te hagas la estúpida y decíme donde está, por ahí los pones contentos y te dejan volver a tu casa. Con estas cosas hay que ser cuidadoso
_ Después de todo lo que ya me hiciste y de lo que me quitaste? Te crees que me importa volver a casa? Morite
El tipo sacó unos cables pelados, no puedo creer lo que veo. Se acerca a la piba y yo siento que me desmayo en cualquier momento. Ruego aguantar un poco más, para volver a casa... Pero fue más fuerte que yo, la electrocutó, pero lo sentí como si se lo estuviera haciendo a mi cuerpo. Me desplomé
A LA MAÑANA SIGUIENTE...
Despierto enredado en los alambres corroídos de la vieja casa. Pero nada era igual. La casa estaba destruida como la vez anterior. No entiendo... Me duele la cabeza, mis manos tiemblan y mis piernas flaquean. Tardé en incorporarme para regresar a casa. Me siento terriblemente débil. No entiendo nada...
_Un sueño? No, Esto no puede ser un sueño, es imposible que se trate de un sueño.
Mi mandíbula está contraída, me duelen hasta los dientes... Empiezo a creer que todo fue real, cada vez con mayor certeza. Definitivamente fue real. Volví a casa solo para armar mis valijas. Este tipo sabe quién soy, no me queda claro porqué me dejó ir. Pero soy testigo y va a volver por mí. No lo dudo.
Aún me siento terriblemente débil. Mi mente se apura pero mi cuerpo no responde, vuelvo a desplomarme, esta vez sin perder la consciencia.
_¡Loco de mierda!. _No puedo dejar de pensar en quién me manda a meterme en estos quilombos, en BsAs estaría tranquilo atendiendo a las viejas chusmas. _¡Que naturaleza ni que carajos! _ me dejo vencer por el sueño.
Despierto nuevamente junto a esa ventana, a oscuras escucho las voces del tipo. Me atemoriza mirar... Otra vez estoy ahí. Mi cuerpo sigue adolorido. Temblor incontrolable se apodera de mi, trato de escapar de la escena pero la salida está demasiado lejos. Más lejos de lo que recordaba. Los perros ladran pero también están lejos. Alguien me tomó del hombro y creo que me desmayé del susto.
Desperté en una cama que no conozco. Lo sé, no veo donde estoy, está oscuro, pero lo sé. Esta no es mi casa... No puedo moverme. Entro en pánico. Hacía años que había olvidado esa sensación de temor...
Quién me manda, quién me manda, quién me manda

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Conociendo a María
Ficción históricaJuan Pablo es un veterinario deprimido, cansado de vivir en el tumulto. Decide abandonar su vida citadina para encontrar su lugar en el mundo. Sin imaginar que este cambio lo llevaría a hurgar en lo más hondo de la historia de un pueblo olvidado y e...