Rojo

1.9K 271 95
                                    

Miguel.

Pasó otra semana en el hospital, trataron de recuperar su vista pero fue en vano, ya que, a pesar de todos los intentos por tratar de recuperar la vista del joven no tuvieron ningún éxito.

-Lo siento mucho chico... Pero... No podrás volver a ver... -

- ¿No volveré a ver los colores jamás...? - cometo el chico a aquella voz que escuchaba.

-Lo siento mucho-

...

Todo lo que ve el chico es negro, pero no le gusta decir que ve todo de color,  oscuro, no le gusta ese color y cuando sus primos le preguntaron "¿De qué color vez?" Él les respondió que veia todo de color gris aunque no fuera verdad.

Cuando el chico volvió a casa ya no era el chico alegre y esperanzador que había sido. Ya no era el chico que tocaba la guitarra y no sonreía, al menos no de verdad. -Miguel... T-te gustaba tocar la guitarra... ¿Por qué no la tocas? - pregunto su prima.

- Estoy ciego no veo nada... ¿Será por eso? -

- Beethoven estaba sordo... Eso no lo detuvo y se convirtió en un gran compositor-

- Yo no soy Beethoven... Soy Miguel y no estoy sordo estoy ciego... Y no tengo a mis padres... -

-Debes aprender a ver los colores en tu vida... -

-Lo único que veo es ese estupido color negro... Y ni siquiera es un color, es un valor igual que el blanco-

-Miguel...-

-Sólo olvidado Rosa no volveré a tocar en mi vida no puedo ver eso implica que no pueda ver que cuerda voy a tocar o donde debo poner la mano... -

...

Hiro

-Que bello departamento... Tenemos un mes hay que aprovecharlo al máximo... ¿Hiro que vamos a hacer hoy? Podríamos ir al Museo de Antropología que todo el mundo dice que es hermoso en ese bosque... Cha... Cha... Ah ¿Cómo era? - decía la tía del oriental, una señora que cabello café algo corto y algo energética.

-Tía Cass... A mi Google me recomendó ir a los pueblos, hay uno aquí cerca de llama Santa Cecilia, dice que es muy bonito y con eso de que va ser dos de noviembre... Dicen que esos pueblos son donde hay más magia en esas fechas... Después vamos al Museo de Antropología- sonrio el joven japonés.

-Bien tu ganas, pero el chiste es tener una experiencia muy linda- Haci fue como aquella pareja familiar de orientales se fue en rumbo a Santa Cecilia.

Hiro era una persona que veia colores a la vida. Era huérfano sus padres murieron cuando era muy pequeño, se crió con su tía y su hermano mayor, pero cuando el el tenía 14 años su hermano perdió la vida en un trágico accidente, para ser preciosos en una explosión que sólo fue una cortina de humo y venganza.

Al final el chico de la venganza que tenía acumulada sus amigos le enseñaron a ver los colores en la vida, era un chico muy inteligente, un héroe en su ciudad natal y el más joven en ir a la Universidad (y muy prestigiada).

Una vez el recorrido hecho de su departamento de la ciudad de México fueron al pueblo de Santa por un medio de transporte.

Ya en el pueblo de Santa Cecilia empezaron a caminar. Su tía Cass quedó fascinada con aquellas figuritas de cartón que los mexicanos conocemos como alebrijes pero no quería comprar uno ya que sentía que se podía romper en cualquier momento.

Cierto chico que veía la vida de color gris estaba caminando con su abuela y su prima ya que no lo querían dejar sólo en casa, su prima sostenía la mano de su primo para guiarlo, cabe mencionar que si Miguel se sentía un inútil más así. Llegaron a un puesto de fruta en el que su prima tuvo que soltar la mano de su primo para ayudar a su abuela a elegir la fruta buena.

El destino puede ser tu peor enemigo en algunos casos, pero en otros casos puede ser tu mejor aliado. Hiro que iba explicándole a su tía Cass algunas cosas del idioma mexicano, estaba tan entretenido en la plática que el chico azul chico con el gris. -!Lo siento mucho! - dijo el japonés haciendo una reverencia típica de su país de origen pero el mexicano no le dijo nada.

-Descuida... Esta bien- dijo él mexicano que tenía la mirada perdida él japonés lo pudo notar, pero no comento nada, vio que el chico estaba muy mal, o al menos sentía una atmósfera rara. Él mexicano aún que era incapaz de ver, sentía que alguien lo observaba.

Así fue como el azul y el gris se conocieron por primera vez.

-Hiro ven- la tía del oriental tomóla mano del este y se lo llevó para que le explicará cierta cosa que el japonés no entendió porque su atención sé posó en aquel chico que se veía infeliz.

Colors (Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora