Magnus recordaba poco de lo que había sido de su vida antes de entrar a aquel...sitio, antes de ser sometido a los Alfas.
Recordaba claramente la casa de sus padres, una pequeña choza en medio del campo, donde una pequeña familia compuesta por tres personas vivía feliz, en las Indias Orientales. Su madre, una bella y elegante mujer era la alegría de la casa, sonriendo de aqui para allá, bailando al escuchar la música de la radio y jugando con el siempre que tuviera la oportunidad. Magnus jamas la olvidaría, ni tampoco a su sonrisa, sus torpes movimientos de baile, ni tampoco como se sonrojaba al recibir un cumplido de su padre.
Su padre, ¿Que podría decir de el? Para empezar, jamas había sido una persona cariñosa y divertida, como su madre; su padre siempre fue el rígido y malhumorad de la casa. Jamas había jugado con Magnus, incluso aunque tuviera la oportunidad, ni tampoco le hablaba a menos que fuera necesario. Casi parecia arrepentirse de haber tenido un hijo, aunque, cuando era pequeño, a Magnus le gustaba fantasear y pensar, algo deprimido, que quizá aquel comportamiento no se debía a su presencia, no se debía al echo de que el hubiera nacido. Su padre debía de tener algún problema que no lograba solucionar, solía pensar, y por eso esta tan enojado todo el tiempo; nada de esto tiene que ver conmigo.
Pero entonces cumplió diez años, el momento en que se aparecería su marca.
Las marcas eran algo particular de cada persona, algo que te identificaba como Omega, Beta o Alfa. Algunas personas tenían cambiaban la piel de color (como le había sucedido aun niño que Magnus había conocido en su niñez, llamado Ragnor) o les aparecía alguna mancha en el brazo. Cada marca era diferente según la persona. Magnus esperaba ansioso su marca. Aveces, cuando su madre apagaba las luces y le deseaba buenas noches, la gustaba fantasear sobre el gran y poderoso Alfa que seria, como su padre. Y quizá también se conseguiría una linda chica Beta, así como su madre...
Cuando despertó por la mañana y bajo a desayunar, su madre echo un grito tan fuerte que Magnus estaba seguro de que hasta los vecinos cercanos (que estaban a un kilómetro) lo habían escuchado. Se apresuro a correr hacia su madre, preguntándole si estaba bien y que había sucedido, cuando su padre entro a la habitación y lo vio.
Los ojos de su hijo ya no eran marrones, heredados de su familia, sino que eran una exótica combinación de verde y amarillo. Una combinación asquerosa y repulsiva, la marca del demonio.
Aquella tarde, su padre lo llevo a pasear. Se detuvieron a mitad de camino de regreso junto a un río, donde ambos se sentaron en la orilla en un silencio tenso.
--¿Sabes que significa eso en tus ojos?
--No--contesto Magnus. Sabia que era una marca, pero no sabia con exactitud cual era su rango aun.
--Es la marca mas repulsiva que pudiste haber obtenido.
Luego, sin previo aviso, tomo la cabeza de su hijo y la sumergió en el lago. Magnus forcejeo, sintiéndose desesperado y terriblemente asustado, pero su padre no lo soltaba, incluso se podría decir que lo hundía aun mas. Magnus se zarandeo de un lado al otro, poniendo toda su fuerza en los empujones, pero le era imposible soltarse, al igual que concentrarse en pensar una huida; la corriente del río era fuerte y, si no fuera por la mano de su padre en su nuca, Magnus estaba seguro de que seria llevado hacia las profundidades y se ahogaría allí. Se quedo inmóvil, sintiendo el agua entrar a su cuerpo, sin poder evitarlo. La mano de su padre aflojo su cuello y Magnus reunió fuerzas para sacudirse una ultima vez.
Cuando saco la cabeza fuera del agua y cayo hacia atrás, respirando agitadamente, entre toses, su mirada se encontraba borrosa, así que no pudo distinguir lo que sucedía hasta unos segundos después, cuando abrió sus ojos y no vio a su padre junto a el.
(...)
Su madre se suicido días después, no pudiendo soportar el dolor por la perdida de amor de su vida. Magnus fue enviado a la casa de una niña, una niña que se convirtió en su amiga, en su aliada, Catarina Loss.
Con el paso del tiempo Magnus comenzó a sentirse mejor, comenzó a ser mas feliz.
Pero no todo duraba para siempre y Magnus era el claro ejemplo de ello.
Tuve que ajustar a historia de Magnus de forma en que no se diga que el es brujo, así que lo siento si hay algún dato mal
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Vendido (Malec omegaverse)
FanfictionCuando Alec cumple dieciocho, sus padres creen que ya esta listo para ir a la casa de subastas a recoger un omega. Alec, que ah escuchado sobre ese horrible lugar de la boca de su hermano Jace, no esta tan seguro.