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El sonido de los tacos golpeando contra en suelo del sitio podía asegurar que la caminata que hacía Alice Cooper, camino hacia la salida de White Wyrm, era firme y segura, aunque eso es lo que aparentaba por fuera. Sin poder dejar de sentirse conmocionada por lo que había presenciado minutos atrás en el escenario del bar, ella fingió una mirada de superioridad como si nada le hubiera afectado y caminó un par de pasos más hasta llegar a la salida. Solamente quedaban un par de pasos para finalmente poder salir de ese lugar, sin embargo, se vio obligada a detenerse en el momento en donde el típico chirrido, producido por las llantas de un vehículo siendo detenido bruscamente, hizo eco por las calles del lado sur. No obstante a todo eso, lo que puso alerta a la mujer fue que, no había sido un vehículo, sino que parecía que se trataba de más que uno.
En otro sector, dos adolescentes se encontraban manteniendo una discusión sobre su relación, claro que tuvieron que dejar aquella charla para otro momento cuando la atención de la pareja fue robada por lo que sucedía frente a ellos, al igual que la atención de varias serpientes que se encontraban en ese momento fuera del bar fumando o charlando. Más de cinco camionetas grandes y oscuras bloquearon gran parte de la salida trasera, como también bloquearon cualquier salida del establecimiento. Vehículos, demasiados como para poder contarlos con facilidad, rodearon todo el lugar como si se tratase de unos animales salvajes a punto de atrapar a su presa.
El cerebro de Alice quedó en blanco y cada una de sus extremidades se volvieron tensas, mientras veía como de las camionetas bajaban varias personas, todos hombres. No se le era posible poder recordar la última vez que vivió algo similar a lo que está presenciando, la mujer había vivido un suceso similar hace gran tiempo, casi olvidándose por completo de que algo así haya sucedido.
La esencia intimidante que sus ojos poseían, y que la caracterizaban, se había esfumado en menos de lo que canta un gallo. Su vista se detuvo por una fracción de segundo; solo una fracción de segundo en la cual, fue capaz de divisar la silueta de un joven de alta estatura y postura imponente. El aire en sus pulmones desapareció cuando los ojos de éste se cruzaron por un instante con los suyos, trayéndole una oleada de familiaridad y terror justo en el mismo momento en que un segundo chico bajaba junto a él del vehículo.
La familiaridad de los rostros de los jóvenes hizo temblar a la mujer de rizos rubios, quien dejó escapar el aire en sus pulmones. Su primer instinto fue huir, pero unos pasos acercándose detrás suyo en su dirección la obligaron a permanecer en su sitio, sin embargo, su rostro adopto su típica mirada fría, aunque eso no duró demasiado cuando vio de quien se trataba. Recuerdos que intentó dejar en el pasado, aparecieron de una manera veloz y rápida, abrumándola por unos instantes.
