EL VIAJE

CAPÍTULO 1 - LA DISCOTECA

Alma estaba sentada en su cama, las sábanas le acariciaban los muslos, estaba en ropa interior, unas bragas de algodón negras y un sujetador sin aros muy sencillo. Miraba el desorden de su habitación. Había ropa por todas partes, en la cama, por el suelo, encima del escritorio, en la silla... dos maletas abiertas compartían cama con ella y dos chicas, también en ropa interior, buscaban desesperadas algo que ponerse esa noche.

La habitación olía a champú, desodorante, perfumen e incienso y los murmullos de las chicas subían por las paredes. De un altavoz portátil salían los primeros compases de un reggaetón demasiado alto. Era viernes y el cuerpo lo sabía.

Así era como más le gustaba a Alma su habitación, patas arriba, con sus dos mejores amigas discutiendo sobre qué ponerse, pero ella tampoco sabía cómo ir, era el último fin de semana de libertad, a partir de la semana siguiente todos se encerrarían a estudiar para la selectividad. Alma sabía que aunque el objetivo de la noche era pasárselo bien, pero esa noche iba a estar teñida de dolor. Alicia no estaba y, aunque jamás habría salido con los amigos de Alma, le habría aconsejado sobre cómo lidiar con la situación en la que se encontraba ahora mismo.

- ¡Lo he encontrado! Esto es perfecto.- Charly le enseñó una falda de cuero corta y apretada y un top plateado con el que enseñaba todo el ombligo.- Con esto le vas a dejar sin palabras.

Alma rió. Quería a Charly con toda su alma, la había querido desde el primer día en que la vio entrar al instituto, aun con el pelo largo y mucha menos piel a la vista de la que solía llevar hoy en día. Fue amor a primera vista, habían sido amigas desde el primer momento y ahora ya no se podía imaginar su vida sin su mejor amiga y sus largas conversaciones diarias.

Charly era pequeña, medía metro y medio y estaba delgadísima, no importaba qué comiese que la chica no subía un kilo, tenía la cara de un ángel, con los ojos más grandes y azules que Alma había visto jamás, la mirada de Charly hipnotizaba a todo aquél que la viera y ella lo sabía. Su pelo corto por la barbilla, negro y liso contrastaba muchísimo con su piel blanca y perfecta. Alma hubiese podido jurar que jamás había visto un grano en la piel de su amiga, y es que no los había habido. Jamás.

Es por eso que Alma rió.

-Charly, sabes que te quiero mucho, pero esto te lo pones tú, yo así voy a parecer un payaso, voy a romper la falda y si bailo demasiado se me sale una teta.

Paula soltó una carcajada. Paula era la más callada de las tres, también era la menos impresionante y Alma tenía la sensación que no se encontraba del todo a gusto con ellas, pero era simpática y divertida, así que la invitaban a todo, esperando que se relajase un poco y acabase de entrar, además estaba saliendo con el mejor amigo de Alma y Charly, Lucas, y eso le daba muchos puntos.

-¡Tía es que no sé qué decirte! ¿Qué te pones para romper con alguien?- Charly la miraba preocupada y Alma sintió como el corazón se le llenaba de amor por su hadita endiablada. Le entraron ganas de llorar al pensar en Jose, ¿qué se iba a poner para acabar con una relación, que tampoco existía, con el único chico al que de verdad había querido? En vez de eso rió.

-Ponte tú esto, Carlota, y Paula, yo de ti me pondría las mallas plateadas y la camiseta negra, yo voy a ver qué me pongo.

Alma se levantó de la cama, si seguía quieta iba a ponerse a pensar y eso no podía permitírselo, aun no, tendría toda la noche para eso, ahora tocaba ponerse guapa. Solo cuando salía se ponía ropa artificial, pero no podía resistirse a la pedrería de plástico para salir por la noche.

El suelo estaba sorprendentemente frío. Se agachó y tocó las telas de la ropa, había cuero, plástico, una camisa más sedosa, una falda de terciopelo... Necesitaba algo con lo que verse cómoda y, a la vez, preciosa, pero no preciosa para ligar, preciosa como una virgen (cosa que hacía años que no era) de aquellas de las estampas, inalcanzable y pura... era todo muy complicado, pero sabía que solo así se vería con fuerzas para hablar con Jose.