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Tres cuadras parecían como un millón de kilómetros de distancia cuando todo lo que podía pensar era conseguir al buen doctor desnudo tan rápido como se pudiera. Él nunca estuvo más aliviado cuando doblaron la esquina y vio su pequeño apartamento.

— Vivo aquí arriba— Señalando a la vivienda por encima de la panadería Dulce Placer.

— Oh, me encanta esta panadería—  dijo Hansol — Vengo aquí todos los domingos por los pasteles. Probablemente no está bien, pero los pasteles de chocolate son mi perdición. Demonios, cualquier cosa con chocolate es mi perdición.

¿Todos los domingos? Seungkwan pensó. ¡Maldita sea! Y se lo había perdido. Él sabía que no debería descansar los domingos. 

— Hmmm, ¿Así que la forma de llegar a tu corazón es a través del chocolate? Voy a recordarlo—  Seungkwan se echo a reír mientras abría la puerta. Dejando escapar un pequeño chillido cuando Hansol lo empujo en el pasillo contra la pared.

— De alguna manera no creo que sea necesario algún chocolate para que llegues a mi corazón. Seungkwan—  susurro justo antes de bajar sus labios. Seungkwan sabía que se hubiera derretido como montón de mugre en el suelo, si Hansol no hubiera tenido sus brazos alrededor de él.

No estaba seguro de que nadie en el planeta diera besos tan buenos como Hansol lo hacía. Era realmente muy bueno... Cada golpe de su lengua enviaba escalofríos de la espina dorsal hasta la entrepierna de Seungkwan, que dolía y latía.

Seungkwan se quejó mientras se separaba de los labios de Hansol, su pecho subía y bajaba rápidamente. — Uh, Hansol, vamos subamos este piso. Hay un montón de superficies más planas en mi apartamento.

— Las superficies planas son buenas— Hansol tragó saliva, después Seungkwan rápidamente subió las escaleras hasta un pequeño pasillo con dos puertas a cada lado. Se dirigió a la de la derecha, quito el seguro y abrió la puerta.

Seungkwan mantuvo la puerta abierta para Hansol – Siéntete como en tu casa—Después de que Hansol entró, cerró la puerta, y se dirigió hacia la cocina. Las palmas de las manos le sudaban.

Ahora que estaba realmente aquí, en su apartamento, de repente se sintió nervioso. Que era totalmente estúpido teniendo en cuenta que había invitado a Hansol a venir aquí, no al revés.

—¿Quieres algo de beber?

—Seungkwan,—dijo Hansol—Mírame.

Seungkwan se dio la vuelta para encontrarse a Hansol de pie justo detrás de él.

Hansol se acercó y metió la mano bajo la barbilla de Seungkwan, levantándola para que sus ojos se encontraran. —Si no quieres hacer esto, está bien. Podemos solo tomarnos un café o algo, sentarnos y hablar. No hay presión.

Las palabras de Hansol lo relajaron más que cualquier otra cosa. No es que no quisiera estar con él, era que de repente tenía miedo de que él no estuviera a la altura. Seungkwan sabía, que era considerado como lindo, pero ciertamente no era un objetivo sexual.

Seungkwan también sería el primero en admitir que ser el propietario y administrador de una panadería no era exactamente una buena cosa si no tenías amor por la comida. No estaba gordo, pero no estaba flaco. Agradablemente regordete era como su madre lo llamaba.

Sus manos y brazos musculosos eran por amasar. Incluso tenía definición en el pecho. Desafortunadamente, a él le gustaba probar sus pasteles, que estaban repletos de crema batida y le daban un poco de relleno alrededor de las cadera y el estomago. A decir verdad, al ver el cuerpo de Hansol, estaba un poco avergonzado.

❝Dulce trato❞ ➳ VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora