Capítulo 12

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El portón de los terrenos Jin se abrió y Zhou Mi esperaba en la entrada de la mansión con Han Kyung y Ki Bum a sus costados. Miró a su no invitado bajar del auto.

—¿Qué quieres, Kim?

—Regrésame a la chica.

—Me temo que no puedo hacer eso, no nos hemos divertido todavía.

—Regrésame a la chica, bastardo.

—¿Por qué lo haría? ¿Tú me regresarás a Shin Hye? Oh, es cierto, está muerta. ¿Debería matar a Kuo y regresarte su cadáver como tú lo hiciste? De cualquier manera, no me sirve de nada, al parecer te adelantaste y también te quedaste con sus propiedades.

Jin hizo una señal con la cabeza y dos hombres salieron sosteniendo a Xué Fu por los brazos. La chica sangraba y tenía varios cortes en los brazos y en las piernas, el cabello enmarañado y el maquillaje corrido. Era lamentable y parecía estar drogada. Kim no pareció inmutarse.

—Hagamos un trato— siguió Jin—, te daré a la chica, pero ¿qué me darás que pueda interesarme? No hay mucho que...

—Puedes quedarte conmigo— interrumpió.

Todos los presentes lo miraron.

—Míster Kim— dijo Si Won.

—Es un buen intercambio, ¿no es así?— siguió éste ignorando al otro.

—¿Qué pretendes?— dijo Jin.

—Míster Kim, no puede...— comenzó Hae.

—Puedo hacer lo que me venga en gana— lo interrumpió. Se quitó el anillo central que llevaba puesto y se lo dio a Hae—. No conseguirás mejor trato que éste, Jin Zhou Mi, sé que te mueres de ganas por aceptar— sonrió.

—¿Por qué haces esto?

—Yo protejo a mi casa y a cada uno de sus miembros, hice un juramento. ¿Aceptas el trato? Antes debes prometer que no volverás a entrometerte con la casa Kim.

—Está bien, acepto. Que tu juramento te lleve a la muerte.

Los miembros de la casa Kim se alteraron.

—¡Míster Kim!— exclamó Hyuk Jae.

—Cállate, Lee— se quitó el sombrero y se lo entregó a Hae—. Desde este momento, los negocios de la casa Kim pasan a Lee Dong Hae. Mi última orden es que ella reciba atención médica. No quiero que te hagas el héroe, chico, solo váyanse y no regresen.

Mientras hablaba, su mirada se concentraba en Hae, quien se la devolvía con los ojos enrojecidos. Si Won no dijo nada y tomó en brazos a Kuo. Dos hombres se acercaron a Kim y sujetaron sus brazos. Dieron la vuelta y avanzaron hacia la puerta.

—Dijo que la casa era primero— comenzó Hae. Kim se detuvo—, ¡¿de qué manera esto es por la casa?!

Zhou Mi sonrió con superioridad.

—El idiota eres tú si decidiste creerle a este mentiroso egoísta.

Hyuk tiró del brazo de Hae atrayéndolo al auto. El menor se resistió con lágrimas en los ojos y el mayor dudó.

—Éste mentiroso egoísta se está cansando de esperar, ¿entramos, Míster Jin?

—Vamos, Míster Lee— musitó Hyuk.

Hae se mordió la lengua y dio la vuelta para subir al auto. Jin se detuvo frente a Kim y le dio un puñetazo en el estómago. Tosió sangre.

—Estás en mis dominios, Kim Hee Chul. Bienvenido.

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