primera parte
El primer miercoles del mes era un DIA TERRIBLE. Así con mayusculas. Un dia que habia que esperar con temor, soportar con caraje y olvidar con prisa.
Los pisos debían estar inmaculados, las sillas, sin una partícula de polvo y las camas sin la más mínima arruga. Noventa y siete movedizos huerfanitos debían ser lavados, peinados y enfundados en limpios delantales de algodon a cuadrito, ademas de tener que recordarles sus buenos modales y que debian responder "si, señor", "no, señor", cada vez que alguno de los sindicos del orfanato les dirigiera la palabra.
Era una ardua jornada, si, y a la pobre Elizabeth Arrendell, por ser la mayor de todos aquellos huérfanos, le tocaba siempre la peor parte. Al igual que los precedentes, este primer miercoles en que comienza nuestra historia llegó a su termino y Elizabeth pudo por fin escapar de la despensa, donde habia estado ocupada haciendo sandwiches para las visitas del asilo, y encaminarse al piso de arriba para cumplir con su tarea de todos los dias. Se hallaba bajo su especial cuidado el cuarto F, donde 11 chiquilines de entre siete y once años ocupaban once camitas dispuestas en hilera. Elizabeth reunio a sus huerfanitos, les aliso sus deslucidos delantales, les sonó las narices y los hizo marchar a paso vivo y en ordenada fila hasta el comedor, donde por espacio de una bendita media hora la dejarian descansar, ocupados como estarian con su leche y su budin de ciruelas.
La muchacha se desplomo entonces en el asiento de la ventana y recostó sus cienes ardientes contra el vidrio fresco. Estaba en pie desde las cinco de la mañana, a las ordenes de todo el mundo, soportando los regaños y los apurones de la nerviosa directora.
No siempre la señora Elinor guardaba, de puertas adentro, aquella calma y ponposa dignidad de que hacía gala frente a una reunión de síndicos o damas visitantes. Por la ventana Elizabeth alcanzaba a ver, tras el enrejado de hierro que marcaba el limite del asilo, un amplio trecho de cesped cubierto de hielo. Más lejos se divisaban las colinas ondulantes, sembradas de importantes residencias de campo, y más lejos aún, las torrecitas del pueblo elevandose por detrás de los árboles desnudos.
El dia habia terminado y, hasta donde ella habia podido comprobar, con el mayor éxito. Tanto los sindicos como la comisión habían efectuado sus rondas habituales y leido sus informes. Y despues de tomar el té con que siempre los agasajaba el asilo, se apresuraron a regresar a sus comodos hogares, alegres y calentitos, y allí olvidarse cuanto antes de sus fastidiosos huerfanitos hasta el proximo mes.
Elizabeth se asomó a la ventana para observar con curiosidad (y un dejo de tristeza) la hilera interminable de coches y automoviles que salian por los portales del asilo. Con el pensamiento se puso a seguir primero un carruaje, despues otro, hasta las grandes mansiones de las colinas. Se imagino asi misma con abrigo de piel y sombrero de terciopelo adornado de plumas, recostandose en el asiento trasero de uno de ellos como la cosa más natural del mundo mientras murmuraba al cochero: "a casa". sin embargo al llegar al umbral de la casa elegida, el cuadro se hacia borroso.
Elizabeth tenia imaginación, ¡vaya si la tenía! Una imaginación que, al decir de la señora Elinor, le traeria dificultades si no se cuidaba. Sin embargo, por activa que fuese su fantasía, no podía llevarla más allá de los porticos de las casas en las que habría deseado penetrar. La pobre muchacha, sedienta de vida y aventuras, jamás en sus diecisiete años de existencia había entrado a una casa de verdad. Y le era imposible imaginar la rutina cotidiana de aquellos seres cuyas vidas no se veían incomodadas por huérfano alguno.
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PAPAITO-PIERNAS-LARGAS (ADAPTACIÓN JELSA)
FanfictionESTA HISTORIA ES UNA DAPTACION SOBRE UNA CHICA QUE VIVIA EN UN ORFANATO....LA HISTORIA NO ME PERTENECE ES DE JEAN WEBSTER Y COMO MENCIONE ES SOLO UNA ADAPTACIÓN, PARA SABER MAS LEAN LA HISTORIA. (creditos de la portada a su respectivo autor).