Teach Her - Park Jimin

¿Aún no te atrae?

"No me puedes escuchar no, Kim T/N?"

La virgen. Te agarras el pecho como si tu corazón fuera a salirse, tu cuerpo se estremece de sorpresa. Te has cagado del susto! ¿Cómo se mueve tan sigilosamente?

Envías una mirada inocente hacia el joven pelirrojo profesor, que tiene un hombro apoyado sobre la puerta  con una mirada aturdida en su rostro. Avanza hacia ti y toma el papelito de tu mano, usando la otra mano para cerrar delicadamente el libro marrón.

Frunces el ceño. Ya has visto la nota, pero él sigue manteniendo el libro más y más alejado de ti, poniendo su cuerpo entre tú y ello. Como si lo estuviera protegiendo.

Una vez que el libro queda fuera del alcance de tu vista, Jimin te encara y se cruza de hombros. Coge la nota con sus dedo, pendiendo en frente de ti, de la misma manera que hizo con tu móvil numerosas veces. Suspiras, te pone enferma.

"Ya lo he visto," Dices directamente señalando la nota.

Él ríe. "Lo sé. Entonces, qué piensas?"

Arrugas la nariz y  le transmites una mirada confusa. "¿Sobre qué?"

No te gusta la manera en la que sus ojos se vuelven sombríos y como una chispa de arrogancia asoma por su boca burlesca. Le hace parecer tan... peligroso. Y cañón.

No es que te hayas fijado que esté bueno o no. No lo harías. Eso estaría muy mal.

"Sobre la nota. El dibujo." Jimin pone una mano en el pecho y hace una mueca de dolor dramáticamente y te mira con una mirada de falso pánico. "Alguien nos ha emparejado" 

Te mofas mirándole sin expresión. "Como si..."

"¿Qué?" Ríe. "¿Estás insinuando algo, T/N?"

"Es señorita Kim, señor Park," Le dices antes de todo. "Y no estoy intentando insinuar nada, es obvio."

Jimin se medio sienta en la silla con una risa burlona en su cara, contemplándote. La nota sigue en su mano. Se sienta entre tú y el libro.

Retrocedes un paso de él, intentando disimular que has visto el libro  para no levantar sospechas ¿Es ese el libro de sueños? ¿Por qué lo protege tanto?

"¿Obvio...? Contesta con evasivas, distrayéndote de tus pensamientos. 

Señalando con tu dedo el papel que sigue sujetando, dices francamente; "Eso nunca va a pasar ¿No es obvio?"

Ríe fuerte. Tan fuerte que se inclina hacia atrás disimuladamente y empuja  el libro unos centímetros más.

Ladeas la cabeza porque si está intentando ser discreto, está haciéndolo penosamente. También te enfada que se esté riendo de ti. Odias que se rían de ti.

Apretando tu mandíbula, le miras con desprecio. "¿Dónde le ves la gracia?"

Él se sigue riendo, más en alto aún.

Pones las manos en la cadera encarándole con una mirada molesta, ahora realmente enfadada ¿Puede ser más irritante? Puedes sentir en el alma que lo hace a posta. Sabe que te joroba. Y él también debe de saberlo.

"¿Estás diciendo que no soy atractivo Srta. Kim? No te sientes atraída a mí?" Jimin sonríe, tan ampliamente que te sorprende que sus ojos no hayan desaparecido para toda la eternidad.

Te centras en su ego transmitido por sus palabras en vez de su pregunta, pones los ojos en blanco.

"Dos preguntas diferentes aquí ¿Eres atractivo? Supongo que para algunas personas, tal vez. Probablemente solo una pequeña proporción de mujeres te consideran atractivo."