única parte

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“No, mamá, juro que estoy bien.” Harry dice al teléfono de nuevo, haciendo su mejor intento por detener a su mamá de preocuparse.

“¿Estás seguro? ¿No necesitas nada? ¿Funciona el calentador? ¿Está abastecido el refrigerador?”

Harry reprime una seña contra la larga serie de preguntas. “Sí, no, sí, y sí.” Dice. “Tengo que irme, aún tengo desempaque que hacer.”

“Okay, Harry. Te llamaré a primera hora por la mañana. ¡Te amo!” Gorjea.

“También te amo, mamá, bye.” Harry cuelga y detiene su paseo, sentándose en el único sofá que tiene y poniendo su cabeza en sus manos. Ama a su mamá, lo hace, pero ella está sofocándolo. Como si no fuera la primera vez que vive lejos de casa. ¡Ha vivido lejos en la uni por casi 5 años! Garantizado, fue en un dormitorio y tenía un compañero de cuarto (quien, también está muy preocupado por el bienestar de Harry) ¡pero él es un adulto ahora!

¿No lo es?

Se levanta con un gemido, estirando sus brazos sobre su cabeza y estirándose hacia adelante, escuchando el satisfactorio crack de su espina. Se rasca despistadamente la cadera mientras camina hacia la habitación libre, donde va a colocar su oficina.

Son casi las 7 PM, y Harry realmente debería empezar a preparar la cena pronto (su mamá seguro tendría un ataque si supiera que él no ha comido aún) pero él necesita mandarle un email a su jefe de regreso, lo que significa que realmente necesita tener su wifi listo y funcionando.

No sería gran cosa si Harry no hubiese gastado ya 2GB de su servicio LTE en su teléfono, y no está en posición de pagar la cantidad extra de dinero que le costaría esclavizarse con emails del trabajo.

Revuelve las cajas a su alrededor, buscando la que estaba marcada con ‘WIFI – CAJA MUY MUY IMPORTANTE NO PERDER’. Cuando la encuentra la pone en el suelo y la voltea, mirando el contenido con el ceño fruncido. Definitivamente no habían todos estos cables cuando empacó esto.

Lo saca todo de todas formas, sentándose en el suelo y desenredando cables por unos sólidos treinta minutos. Cuando finalmente tiene cada cable separado, ha maldecido a sus enormes manos por lo menos 20 veces, y ha maldecido al Dios del Wifi por lo menos 20 más.

Toma un muy grande cable que luce muy importante, y lo conecta en donde sea que parezca encajar en el router. Entonces lo conecta en la pared, y enciende el router, viendo como se enciende en su mano.

Satisfecho, baja el router y toma su teléfono, abriendo los ajustes del wifi. Se desplaza a través de las opciones, sus ojos deteniéndose en una en particular.

grita pene para la contraseña

Ese es un alboroto, Harry piensa, pero está más enfocado en el hecho de que no ha visto a su propio wifi aparecer en la lista para prestarle mucha atención.

Regresa al router, lo toma y lo gira entre sus manos un par de veces, entonces lo deja abajo de nuevo. Refresca la lista de wifi otra vez, pero nada cambia.

Harry repite este proceso alrededor de 6 veces, cada vez frustrándose más que la anterior. Prueba diferentes cosas para intentar ponerlo en funcionamiento – encenderlo y apagarlo de nuevo, soplar el cable, sacudir el router hasta que algo cruje – pero nada está funcionando.

Harry sabe que esto es malo. Tiene emails que tiene que enviar a su nuevo jefe, y, como, no puedes enviar emails profesionales después de las 9 PM. Hay una ventana muy clara de cuándo la comunicación profesional puede ser enviada, y 9 PM es definitivamente el límite.

Pero el reloj está acercándose más y más a las 8, y Harry aún no tiene wifi. Se sienta en el suelo en medio de todos los cables y sueños rotos, y contempla cuál debería ser su próximo movimiento. Su instinto ha sido googlear cómo instalar tu internet, pero obviamente no puede hacer eso sin internet.

someone new; l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora