Capítulo 3: El chico nuevo

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Estuve en casi todo el camino pensando en lo que me pasó ayer sobre aquella sensación extraña en el callejón, estaba llorando sin motivo y eso fue algo que me dejó con dudas en mi cabeza.Lo primero que pensé fue que era mi mente jugándome una mala pasada pero al cabo de un rato no fue así, Helena estuvo totalmente callada en la clase, hoy se supone que vendría el chico nuevo y estaba muy emocionada por conocerlo cosa en lo que yo no lo estaba en absoluto puesto que, como dije antes, mientras no se interesara por mí o de mi vida mejor le iría la cosa a aquel hombre, la profesora de literatura entró dando los buenos días y todos nos sentamos en nuestros sitios correspondientes.
-Bien alumnos como ya sabéis hoy ha venido un nuevo compañero, espero que sean educados y amigables con él, bueno Adrián pasa-dice la profe con amabilidad, de la puerta entró un chico alto, con el pelo corto y de color negro, su piel era blanca, sus ojos eran de color marrón oscuro, tenía una expresión bastante tranquila y confortante.
-Soy Adrián, un gusto conocerles, espero que podamos llevarnos bien-dice con una sonrisa amigable, todos respondieron un "igualmente", dirigí mi vista hacia Helena para ver su comportamiento...si no fuera por que tenía control sobre mis emociones no sabría que hacer, mi alocada amiga estaba en ensoñación observando a Adrián enamorada, al parecer le gusto mucho. La profe le indicó a Adrián su mesa el cual estaba por detrás de mí, el agradeció con gusto y se sentó, mientras las clases continuaban recibí una notita de Helena, la abrí sin que la profe me viera y la leí

Tienes una suerte que te lo pisas, el chico guapo de la clase está detrás tuyo y no mío T-T

Yo me reí bajo por el comentario, cogí un boli y le contesté luego le pasé el papelito y así estuvimos hasta que las clases acabaron para dar paso al recreo, mientras recogía mis cosas Adrián se me acercó.

-Hola, ¿Tu debes de ser Evangelina no? Es un gusto conocerte-me dice amablemente con una sonrisa.
-Igualmente, ¿Cómo es que cambiaste de insti?-pregunté curiosa.
-bueno...asuntos familiares ya sabes, negocios o cambio de aire en fin- me dice alegre, yo solo le devolví la sonrisa, le di la espalda y terminé de recoger los libros.
-Bueno te dejo, quedé con una amiga en el recreo y como no vaya se cogerá un buen sermón-dije riéndome, se notaba que era una gran maestra del disfraz podía ocultar perfectamente todo lo contrario a lo que sentía ahora.
-Por supuesto, adelante yo no te paro-me dice riendo, yo sé lo agradecí y fui directa a la puerta hasta que noté algo raro por detrás de mí, una especie de mirada escalofriante y siniestra recorría toda mi espalda, en ese momento me sentía incapaz de moverme, estaba totalmente nerviosa, fui salvada por la campana gracias al timbre del insti anunciando la siguiente hora de clase.
Pasó la hora muy rápido más de lo que creía, Helena y yo recogimos nuestras cosas y nos fuimos al parque para pasar el rato, mientras caminábamos hacia el lugar Helena no paraba de mencionar a Adrián, yo, con una risa picarona la miré.
-Yo creo que te enamoraste de él-dije, en cuanto vi la cara de asombro mezclado con el rojo rubor de Helena no pude evitar soltar una carcajada que fue recibida por varios golpecitos de mi amiga negando que no lo estaba, al final llegamos al parque y nos sentamos en los bancos a observar a los niños divertirse en el parque, mientras miraba a varias madres mimando a sus hijos mi sonrisa desapareció de mi rostro y enseguida mi mirada mostró la frialdad y poca importancia que me daban ahora los niños y sus queridas madres....no importa cuánto tiempo pase...siempre estaré sola.
Helena se dió cuenta de mi reacción y decidió llevarme a otro sitio, ella sabía de mi pasado y sabía también que fue algo que se quedó grabado tanto en mi mente como en mi corazón que nunca podría ser olvidado, no nos habíamos dado cuenta de la hora y mi amiga se tuvo que ir corriendo si no quería que su madre le diera una buena bronca nos despedimos y cada uno siguió su camino.
-Hey, Evangelina!-me llamo una voz reconocida, me giré y me encontré a Adrián caminando hacia a mí.
-vaya Adrián ¿Tu por aquí?-le dije con una sonrisa falsa.
-ya ves, me sentía aburrido en casa y decidí a tomar aire fresco-me contestó alegre.
-bueno, pues me alegro por tí, si me disculpas debo irme, no quiero llegar más tarde de lo que es-le dije, el asintió sin ningún problema, me despedí con la mano y comencé mi camino.
-nos vemos pronto-me dijo con un tono de voz diferente al que solía tener, de nuevo esa sensación, me giré y Adrián ya no estaba.
-una de dos o Helena me ha pegado sus rollos gore o me estoy volviendo loca-me dije para continuar mi camino de vuelta a casa.
Al día siguiente, las clases esta vez fueron largas, no podía concentrarme en los deberes ni tampoco atender a las explicaciones de los profesores, en cuanto el timbre sonó todos recogimos nuestras cosas y nos largamos al recreo, Helena hoy no pudo venir por que pillo un resfriado por el camino y era aconsejable que se quedara en casa, mientras estaba decidía en mi cabeza si ir a visitarla después de clases, observé a Adrián leyendo un libro donde ponía "Creepypasta Story".
Otro loco de las fantasías gore o como se llame el rollo ese - pensé para mis adentros, no me fijé en que llevaba dos collares, una era una cruz de Jesús y otra parecía ser la estrella satánica, me encogí de hombros dándole poca importancia, Adrián alzó la vista hacia a mi, cerró el libro y se acercó.
-¿Y mi fan número 1 no vino?- me pregunta riendo, yo me reí tímidamente.
-bueno no, está mala-le conteste.
-Bueno pues que se recupere...por cierto Evangelina...he visto que has estado distraída en clase te pasa algo?-me pregunta preocupado.
-no tranquilo no pasa nada, es solo que he llegado tarde a casa y no he podido dormir bien, veo que te gusta esas cosas gore-le dije.
-¿Gore? Ah te refieres al libro creepy, si me encantan los creepypastas es muy misterioso, ¿a ti no?-me pregunto con curiosidad.
-En verdad no, no creo en esas cosas-le respondí, pude notar como su cara cambio de expresión, me estaba empezando a sentir incómoda.
-Bueno...debo irme emmm adiós!-dije pasando por su lado.
-otra pregunta Evangelina antes de que te vayas-me rogó, yo lo miré a los ojos, Adrián sonrió de manera que en verdad aterraba y me ponía los pelos de punta.
-¿Aprecias tu alma?-me pregunto sonriendo mientras me daba la espalda y se iba dejándome absolutamente confundida.

Tras La MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora