ᴜɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ [ᴄᴅᴍ2] 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》(En edición)

|| SINOPSIS ||

¿Depresión post-parto? ¿Traumas de la infancia? ¿Pérdidas? ¿Qué tan grave puede llegar a ser todo aquello junto en una sola persona?

Karol durante toda su vida fue víctima de los maltratos de su madre por un accidente, el cual ella no tenía la culpa. ¿Era una asesina? Claro que no, Isabel jamás pudo superar aquella depresión post-parto que le genero la muerte de una bebé que llevaba en su vientre, todo el rencor y el dolor lo desquito con la única bebé que nació, Karol.

La vida puede darte muchas vueltas, no sabes si todo lo que organizas para el día siguiente se pueda ver perjudicado por situaciones o por el odio de algunos lazos familiares.

Karol tras sufrir un accidente en el cual su mayor miedo de que pase lo mismo que paso con Isabel años atrás, se cumplió.

Perdió a una gemela.

Ahora solo tiene a la pequeña Luna, la misma a la que se rehusaba a tener alguna relación maternal con ella.

¿Por qué? 

Solo ella podría entenderlo.

—Yo-yo simplemente no puedo, no puedo Ruggero—murmuro con la mirada pérdida.

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Ruggero no sabe como lidiar con la situación, desde el momento en que se entero que tendría dos bebés con Karol, había estado acostumbrándose a aquello y planeando una vida junto a la su nueva familia de cuatro. Jamás imagino que aquellos sueños y metas trazadas se vieran afectadas por aquel terrible accidente. 

La pérdida de una bebé para él es totalmente un sentimiento nuevo y duro, pensar que estuvo en el vientre de la mexicana por nueve meses, le hablaba por la noches, escuchaba las pataditas que daba, vio el crecimiento por las ecografías, pero ahora, ella no esta más. Nunca pudo conocerla. 

Pero, todo lo contrario a la mexicana, él decide luchar por su pequeña Luna. A la cual con solo verla en aquella cuna le enseño aquella luz que necesitaba luego de entrar a un pozo oscuros con la situación en la cual estaba pasando. Aquella pequeña de solo unas horas de nacida, le había vuelto a dar color a aquel mundo que se vino abajo, Luna llego para enseñarle muchas cosas, sobre todo a como el amor de un padre puede ser tan fuerte para luchar por su familia, a pesar de que él mismo quiera darse por vencido en varias circunstancias. 

—¿Qué paso con todo lo que teníamos Karol?—cuestiona totalmente desencajado.

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Luna, es una niña preciosa. Pero la vida que le ha tocado vivir no es para nada fácil para una pequeña como ella. De bebé a penas recibió leche materna, en parte de su crecimiento la única persona que estuvo presente cuando aprendió a gatear, dio sus primero pasos, dijo sus primeras palabras, e incluso cuando le salió su primer diente fue Ruggero quién estuvo en todo momento. 

—Ma...má—las primeras palabras que Luna pudo decir por fin había llegado.

A su padre se le apretó el pecho y con una sonrisa acaricia la mejilla de la bebé.

—Muy bien cariño, pronto se lo podrás decir personalmente—susurra mirándola.

Luna le sonríe y empieza a mover sus manitas, el italiano la toma en brazos y la bebé se acomoda entre ellos y ríe. Sin duda Luna era su motivo para seguir a delante.

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¿Será posible crear un nuevo mundo después de tantas pérdida y situaciones dolorosas en una familia la cual no ha tenido tiempo de conocer la felicidad por las diversas situaciones las cuales se interponen entre ellos?

¿Isabel realmente murió?

¿Quién fue la causante del accidente?

¿Qué pasará con Karol y Ruggero?

¿Luna vivirá lo mismo que su madre?

Un Nuevo Mundo solo lo logran las personas que buscan avanzar, no las que se quedan atascadas en medio de la oscuridad cuando en realidad tiene una luz la cual les puede sacar adelante mucho más cerca de lo que parece, solo es cuestión de saberla identificar y aferrarse a esa pequeña esperanza.