ᴜɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ [ᴄᴅᴍ2] 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》(En edición)

3|| ¿Vuelve el peligro?

Karol

Luego de que papá me de palabras las cuales de alguna manera me brindan un poco de esperanza en mi patética vida, lo llaman del trabajo por lo que finaliza nuestra charla.

—Debo atender esta llamada, espero verte en el almuerzo—susurra dejando un beso en mi frente. Lo veo salir de la habitación y automáticamente mi mirada cae sobre el italiano quien me observa.

—¿Me abrazas?—susurro extendiendo mis brazos.

Veo como camina lentamente para sentarse en la cama y envolverme con sus brazos. Me escondo en su cuello y aspiro su aroma, tratando de relajarme.

—De a poco vas a lograrlo amore—susurra.

Asiento sabiendo que no me creo esa frase.

Cada vez me siento peor porque me siento como una carga para él, ha tenido que cuidar y velar por Luna desde que nació y realmente desearía poder recuperarme y ayudarlo pero la realidad es dura y no es tan fácil como me dicen. No puedo y no creo que pueda.

—Gracias—susurro.

Siento un beso en mi coronilla y es lo suficiente para cerrar los ojos y poder relajarme completamente.

—¿Bajarás?—susurra luego de unos minutos.

—Lo intentaré—respondo. Siento el movimiento de su cabeza por lo que lo tomo como un asentamiento.

Nos quedamos así por un buen tiempo, incluso estaba a nada de quedarme dormida pero unos toques en la puerta llaman nuestra atención, entre quejidos Rugge se separa para poder abrir la puerta. Me tallo los ojos viendo a la persona dueña de la interrupción.

—Hola Karito—saluda Valu sonriéndome, veo como detrás de ella viene Caro.

Les doy una leve sonrisa y ellas pasan.

—Hola—respondo su saludo.

Me levanto para corresponder sus abrazos.

—Iré con los chicos—avisa el italiano acercándose a mi, asiento abrazándolo.

—Te amo—susurro muy bajo, solo para que él pueda escucharlo.

—Y yo a ti—me susurra de vuelta.

Deja un beso en mi coronilla y se va. Suspiro cuando veo la puerta cerrarse.

—¿De nuevo con esos pensamientos Karol?—dice Caro haciendo que volteé a verla.

—Soy una carga para él—afirmo.

Veo como ellas niegan y me jalan para iniciar con nuestra conversación.

[...]

Ruggero

—¿Todo bien?—cuestiona Agus.

Asiento volviendo a mi posición inicial y ayudar con la parrilla.

—Todo en orden—me obligo a sonreír.

Siempre que Karol tiene una recaída me es imposible no sentirme mal, me entristece que ella este pasando por todo esto y no poder hacer nada, porque la única persona que puede ayudarle es ella misma, sin su ayuda lo demás no sirve. Yo solo soy un soporte. 

Lo aprendí con el tiempo, haga lo que haga, sin aporte de ella no iba a lograr nada.

Evito hablar de ello con mis amigos para no arruinar nuestro almuerzo, ya suficiente por hoy. Mike cambia de tema cuando escucha mi respuesta por lo que mentalmente se lo agradezco.