extra pt. 2

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Al llegar al edificio donde residían en su cómodo apartamento, salieron rápidamente del vehículo para encaminarse al ascensor que los llevaría a la planta en la que se encontraba su hogar.

—Yoongi, tranquilízate, todo estará bien, créeme —el pequeño y lindo rubio acarició suavemente el hombro del más pálido mientras éste sacaba las llaves y metía la correspondiente en la cerradura.

—¿Cómo puedes estar tan segu-?

—¡SORPRESA!

OH POR JESUS, MARÍA Y JOSÉ Y TODOS LOS ANIMALITOS DEL PECEBRE

El azabache, literal, se cayó de culo cuando ciertas voces muy familiares para él se hicieron presentes. Recuperándose de su caída (que por cierto, le había dolido) divisó a las personas dueñas de esas voces, pero sus ojos se clavaron expectantes en esos dos cuerpecillos, los cuales fueron corriendo directamente a sus brazos.

—¡Papi! —Yoongi por poco y su espalda da contra el suelo, cuando sus dos pequeños se lanzaron a abrazarlo. El mencionado seguía en shock, le costaba procesar todo lo que estaba ocurriendo, empezando por el hecho de que…

¡¿Sus hijos estaban ahí?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Cómo?!

—E-esperen… —ambos niños se separaron del mayor—, u-ustedes no…¿qué?

—¡Fue una sorpresa para papá Yoongi! —la pequeña Eunbi dio unos saltitos mostrándose emocionada ante la situación.

—Sigo sin entender.

Los más pequeños soltaron unas risillas antes de que Jimin le ayudase a levantarse a su esposo. Ya estando de pie, Yoongi pudo reconocer todos los rostros de las personas que estaban en su apartamento.

Eran pocas personas, pero todas pertenecientes al muy reducido círculo de amistades del mayor (reconocía que no era bueno haciendo amigos). Estaba la pareja conformada por Kim Namjoon y Kim Seokjin, detrás de ellos una pequeña figura escondida, más o menos de la altura de Jungkook; también estaba Hoseok, y a su costado una niña relativamente alta y de tez ligeramente canela y que sabía, era la sobrina del pelirrojo, la había visto otras veces jugando con Eunbi.

Todos reunidos y con la casa decorada. No era extravagante, pero sí bastante animada; algunos globos en las paredes, habían unos cuantos regalos, ¡incluso había un pastel de chocolate! Jimin tenía conocimiento absoluto acerca de los gustos de Yoongi, sabía que al azabache le encantaba el pastel de chocolate, aunque no muchas veces lo diera a saber.

—Antes que nada, ¿prometes no matarme, Yoongi? —Jimin se aferró al brazo del mayor.

—No puedo prometer nada —el más pálido le lanzó una fulminante mirada.

—¿En serio no recordaste que hoy era tu cumpleaños? —el rubio lo miró confundido.

—Confesaré que no, tenía otras cosas en que pensar —Yoongi parecía pensativo—. Aunque no es la primera vez que lo olvido.

—Bueno, desde hace ya varias semanas venimos planeando esta pequeña reunión sorpresa para ti —comenzó Jimin—. Conociéndote, supondríamos que no lo recordarías, y sería más fácil para todos arreglar el apartamento.

—Entonces, quieres decir que…lo de los niños…

—E-era planeado, Seokjin fue a recogerlos mientras estabas distraído —un fuerte sonrojo cubrió los suaves mofletes de Jimin—. Ehmm…sentimos haberte asustado.

—Lo sentimos, papi —sus hijos bajaron su cabecita mostrando arrepentimiento.

Bien, Yoongi tenía ganas de mandar a todos a la mierda por asustarlo de esa forma, pero del mismo modo estaba en cierta forma conmovido por planear todo eso por él, y no podía simplemente rechazar a su familia y amigos.

malentendido ⇛ yoonmin ⇚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora