Capítulo 4: ¿Posible amor?

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Segundo día de instituto. Ícaros se dedicaba a entrar a clase y en su pupitre se encontró rosas. Las tiró al suelo de mal humor y puso a su mascota encima.
- Mierda críos. - escupí en la ventana abierta antes de venir la profe.
Entró la profesora y los alumnos.
- Buenos días chicos, siento deciros esto pero solo seréis vosotros, ya que nadie más se ha apuntado. Lo siento.
Salté de alegría y dije:
- ¡Toma! ¡Solo seremos cuatro personas!
- Siéntate Ícaros. - me senté.
- Empecemos con la primera clase. Se trata de energía mágica. Nos toca aprender a mejorar nuestro elemento que tengamos, salvo los magos zodiacales. Lo siento Shiba. Ícaros, enseñales a los demás como se hace.
Salí al frente de todos y cree mis llamas rojas con las manos. Crecieron hasta el techo. La profesora me aplaudió.
- ¿Sabes hacer algo más? - asentí.
Cree una bola de fuego a mi alrededor. La profesora sacó un cigarro y se lo fumó. - Vaya que para usar mi fuego con eso... - le quemé la cara. - Ya te vale.
- Me lo tengo merecido. - dijo cuando se sacó una gota de sudor.
- Ahora los demás.
Se pusieron a crecer sus elementos como yo.
- Okey... Ícaros: 10. Shiba: te pongo un 5 aunque no tengas que ver en esta materia. Kayla: 7. Catriel: 9. Casi llegas a Ícaros.
- Ay, casi estoy a su nivel... - viene y me abraza la pierna con cara de enamorado.
- Bien Ícaros. - dijeron los demás salvo Shiba.
Se pone delante mío y me abraza por detrás.
- Muy bien, guapa. - me lo susurra. Me sonrojo.
¿Y este hombre que se ha pensado? No soy ningún objeto de nadie. Pero tiene unas manos... Y unos brazos... Ays... Ojalá fuese mío.
¿Posible amor? Tal vez.
- Vamos a la segunda clase, chicos poneos en fila delante mío.
Shiba se pone primero y yo detrás. Luego Kayla y luego Catriel.
A Shiba le ponen una camiseta negra que le va algo apretada y unos shorts turquesas con zapatos blancos.
A mí me ponen un top deportivo negro que me marca los melones, una especie de braga apretado de color turquesa y zapatos blancos.
A los demás igual.
Shira me lleva a la zona del gimnasio y nos hacen jugar con unas pelotas. Nos las teníamos que pasar por parejas y en grupo.
Aparece el profesor de gimnasio. Tipo fuerte, cabello negro largo con una coleta, pálido y de ojos rojos. Por sus ojos y unos colmillos tiene una magia de vampiro. A saber que chupará.

- Buenas tardes, soy Scott Scamander y tengo... Ah, eso no puedo deciroslo. En fin... Haremos gimnasia. Entrenaré vuestros cuerpos y seréis fuertes y veloces. Así que buena suerte.

Nos pasamos la pelota en grupo y hacemos carreras de 100 metros. El ganador es Shiba. Luego gana la culo gordo y luego yo.

- Okey. Ícaros: 9'5. Shiba: 10. Kayla: 6.
Catriel: 9. - Shiba me felicita y Catriel me abraza.
- Casi a su nivel... Te quiero Ícaros. - me besa la mejilla.
- Ícaros, ¿Podemos hablar un momento? - hace un chasquido y me lleva a un cuarto semi oscuro. Me sorprendí al verle encima mío.
Me aparto un poco. Se vuelve a acercar.
- Tienes una energía y eres un bellezón... Te daría el 10, pero tendras que hacerme una cosita para eso... - se empieza a desnudar y me saca una tira del top. Me tapo el seno izquierdo. - No señor. Ni se le ocurra que soy poderosa.
- Ya, eso nadie se lo cree. - se empieza a reír y me tira hacia su miembro. Me aparto. - Pero que no hago daño. - me muestra los colmillos.
- Y una polla. - me la muestra. Me tapo los ojos.
- Que no eres inocente... Seguro te lo has montado con el tío ese... El de las velitas. Anda, un mordisco almenos...
Viene y cuando están a punto de succionar mi sangre aparece Libra delante mío. Tengo la marca.
- Equilibrio de balanza. - me quedo arriba con Libra y el vampiro primero vuela y luego cae al suelo. Libra me lleva hasta los pies de Shiba.
- Ay... Perdona que lo diga, pero te daba. Y no seas tan débil.
- Cómeme el coño. - hice una bola de fuego y se la tiré a la cara.
Le quiero. Pero no así.

Roosevelt Crosswell High SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora