Cap. 10 Imágenes traicioneras.

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*leed el final, hay un aviso*


Agoney
Tras un largo día de ejercicio y clases de baile los ensayos habían dado comienzo.

Tenía un tema que conocía bastante bien y que, sin duda alguna, había formado parte de momentos de mi vida, y si se podía mejorar, iba acompañado de Ricky, mi isleño favorito el cual tenía tantas ganas o más, de cantar este tema conmigo.

-¿A quién tenemos primero? Capde o los Javis. -me preguntó Ricky cogiendo su libreta de la habitación mientras le esperaba en el marco de la puerta.

-Diría que los Javis pero no me hagas mucho caso.

Ambos caminamos por el pasillo, animados por tener la segunda clase con los Javis sobre este tema. El primer día fue una clase cortita y preparada para leer e intentar entender el significado de la letra, a simple vista se lograba entender que era sobre una pareja y uno de la pareja mentía, hacía daño, no parecía ser la persona que quería demostrar. Se podía transmitir tanto con la canción con una y preparada interpretación que sólo de pensarlo un escalofrío recorría mi cuerpo.

Caminábamos por el pasillo y nos adentramos a la sala comedor, allí charlaban animadamente Raoul, Mireya y Míriam.

Un recuerdo atravesó fugaz mi mente, la conversación de hacía dos noches de Raoul y yo.

Hablábamos sin paredes de protección, sin muros que intentar levantar, sin nada, sólo él y yo. Otro escalofrío recorría mis huesos y mi piel, había sido una conversación intensa, hablamos con metáforas del fuego, del fuego que gusta, que atrae por sus colores y su calor, del fuego que puede prender una simple chispa con un poco de ayuda, el fuego que puede derribar cada árbol, cada muro, cada corazón, el fuego que te puede destruir, si te acercas demasiado.

Dio a entender que eso era lo que le gustaba, ¿acaso le gustaba lo diferente? ¿Lo imposible? ¿Estaría enamorado de su propio hermano?

No pude evitar reír por ese estúpido pensamiento, ¿cómo iba a estar enamorado de Álvaro? Ni que fuesen dos protagonistas de una saga juvenil.

Sin duda Raoul era diferente a como lo pintaban todos, si tenía sus rabietas, le costaba controlar su genio y le jugaba malas pasadas pero, ¿quién no las tenía? No somos todos unos angelitos.

Por las tres semanas que llevábamos en la academia, por muy idiota que fuese y por muchas hostias que quisiese darle con un plátano me había demostrado ser... ¿Difente? Yo sé a que se refiere con querer más que una simple chispa, vivir la emoción de lo prohibido, lo difícil, lo diferente y lo nuevo, quizá incluso lo peligroso, sé que se siente querer sentir más de cerca el calor pero sé también que se siente el ser quemado por no parar a tiempo.

Raoul empezaba a demostrar que no es la persona que a simple vista, ni siquiera las primeras veces de conversación, fuese una npersona que pudiese atraerme, que supiese entenderme e incluso que fuese mi tipo pero con las conversaciones, principalmente nocturnas, empezaba a dudar de ello. No saldría con él porque, a pesar de no saber su orientación -parecía bastante gay, más que yo me atrevería decir-, no me veía como su tipo ni una persona que fuese a fijarse en mi.

Caí de vuelta al mundo real cuando el mismo chico en el que estaba pensando me zarandeó por los hombros, intentando que volviese de mi mundo de yupi.

-¿Qué quieres Raoul? -dije con una sonrisa que no podrían quitarme ni con tortazos.

-¿En quién pensabas Agonías?

-¿Por qué das por sentado que pensaba en alguien?

-Por tu sonrisa de pillado, cantea demasiado Agonías.

No me olvides. RAGONEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora